miércoles, 29 de mayo de 2013

LA DIFÍCIL AVENTURA DE O’HAGAN

Hasta ahora, poco se sabía sobre Charles O’Hagan, entrenador que llegó al Sevilla F.C. en la temporada 1923/1924 a través de Mr. Ewans, empleado de la MacAndrews y miembro del club, sobre el que pueden saber más aquí.

Aunque últimamente estamos descubriendo nuevos datos sobre O’Hagan que darían para escribir varias páginas, hoy les queremos mostrar la aventura que corrió al poco de abandonar nuestra ciudad, no sin antes conseguir un nuevo título en el campeonato regional para el Eterno Campeón Andaluz, la sexta Copa de Andalucía.

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Aberdeen Press and Journal, 25 de agosto de 1924

EL APRIETO DE O’HAGAN

Los alemanes y el exfutbolista del Aberdeen.

Charles O’Hagan, el famoso futbolista internacional del Aberdeen, Greenock Morton y Third Lanark, que hace dos meses aceptó la designación como entrenador en Berlín, ha retornado a Londres sin un penique y decepcionado con el trato dado a los entrenadores británicos en Alemania.

Un mes después de su llegada a Berlín, se descubrió que había luchado en el ejército británico, enrolado en las filas del segundo batallón de la Highland Light Infantry (HLI) y el undécimo de la Cameron Highlanders, lo que supuso romper en mil pedazos el contrato de un año.

Todo lo más que pudo hacer fue persuadirles para que le dieran un billete de tercera clase de vuelta a Londres.

“Me gustaría,” dijo O’Hagan a un representante de la prensa “advertir a todo aquel futbolista escocés que haya recibido una oferta tentadora para ir a Berlín, con el fin de que los investigue primero antes de aceptar, o de lo contrario, se encontraran ellos mismos en un aprieto similar.”

“Mi contrato resultó papel mojado allí, y no pude conseguir ninguna rectificación. Hace dos meses, mientras estaba en Portrush, vi un anuncio en un periódico deportivo sobre el puesto de entrenador para un conocido club berlinés. Era para el Club Prusiano, un equipo amateur de elevada categoría.”

“Durante las primeras dos semanas fui bien tratado. Entonces empezaron los pequeños recelos, y el mismo día que iba a comenzar a entrenar, fui llamado ante los directivos que intentaron intimidarme, y me realizaron varias preguntas insolentes. Finalmente, me preguntaron si había servido en el ejército británico durante la guerra, ante lo que no oculté el hecho de haber servido en Francia y Bélgica. Sin más nada, se me indicó que mi contrato se debía considerar anulado. Protesté ante ello, ya que pensaba que nunca me deberían haber contratado si no querían un hombre que hubiese luchado en la guerra. Me dijeron que me fuera.”

“Les pedí mi billete de vuelta a Aberdeen o Portrush. Al principio, no iban a hacer nada al respecto. Finalmente, acordaron darme un billete de regreso a Londres, y facilitarme la dirección de un hombre en Poplar, quien, según ellos, me acompañaría el resto del viaje según las instrucciones que le iban a telegrafiar.”

“Cuando llegué a Londres, me dirigí a Poplar, para encontrarme con que el hombre que allí había no sabía nada de mí. El coste de ir allí y comprar las cosas que necesitaba me ha dejado sin un penique, y ahora debo esperar hasta ponerme en contacto con mis amigos.”

 

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