miércoles, 10 de octubre de 2012

UNA REGIA SORPRESA (VI)

Viene de aquí

POR ENRIQUE VIDAL.

6º).- 1914 - LA SOLICITUD DEL TÍTULO DE REAL POR EL BETIS, UNA JUGADA MAESTRA DEL BALOMPIÉ.

Ya vimos en capítulos precedentes que la primera noticia que se publica en los medios sevillanos sobre gestiones, en un estado ya avanzado, para la concesión del título de real por parte de un club sevillano (sin especificar cuál) es del 1 de febrero de 1914, en el Correo de Andalucía:

“Probablemente casi seguro y muy en breve podré comunicar a mis lectores una “regia” y grata sorpresa, que se prepara. En cuanto sea un hecho lo que hasta ahora es un proyecto, lo publicaré enseguida para que todos lo sepan, pues yo estoy como quien dice rabiando por trasladarla a esta columna.”

EL CORREO DE ANDALUCÍA, 1 de febrero de 1914.

Parece que la confirmación será inminente (“en breve podré comunicar”) y que el proceso lleva ya algún tiempo en preparación. El periodista que da la exclusiva es Oreto, pseudónimo de Juan Otero. No es difícil adivinar quién era su privilegiadísima fuente, su hermano Diego, conocido futbolísticamente como “Niño Vega”, histórico equipier del Betis Football Club integrado por entonces en la disciplina del Sevilla Football Club y que reaparecería como directivo en la primera junta del nuevo Betis Football Club resucitado en marzo de 1914, engolosinado, sin duda, con la zanahoria del título real. Luego retornaría al Sevilla, pero ésa ya es otra historia.

Los meses previos a la noticia de Oreto, desde mediados de 1913 hasta el final de enero de 1914, inclusive, marcan la desaparición virtual del primitivo (e informal) Betis Football Club que ni siquiera participa en el campeonato de Sevilla que empieza a disputarse en estas primeras fechas del año.

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Haz click en la imagen si estás interesado/a en el libro.

El investigador Juan Castro Prieto, en su obra “Orígenes del fútbol sevillano. La olvidada memoria británica”, se refiere a ello de la siguiente forma:

“… hacia el verano de 1913 el Betis Foot-ball Club, prácticamente había desaparecido de la escena deportiva sevillana. La mayoría de sus jugadores abandonan sus filas para ingresar en distintos equipos; Domínguez, Otero, Liñana, Amorós, etc., juegan con el Sevilla F.C. Los Hnos. Manuel y Antonio Gutiérrez lo hacen en el Andalucía, José Gutiérrez estaba nuevamente integrado en el Balompié; Miguel Folgado, estaba por entonces más preocupado por el ciclismo que por el fútbol. Efectivamente el equipo ni siquiera puede participar en el campeonato de Sevilla de 1914, que se celebró a comienzo de año. La integración en el Sevilla Football Club había provocado la desaparición del simpático Club bético.”

Con este panorama, es difícil presumir un interés ni el inicio de unas gestiones ante la Casa Real para la concesión del título en nombre de una sociedad desaparecida que no llegó a registrarse en el Gobierno Civil, ni mucho menos que la propia Corona tomase en serio una solicitud así, si no hubiese alguna variable aún no tenida en consideración.

No es hasta marzo de 1914 cuando encontramos noticias periodísticas sobre el nuevo Betis auspiciado por algunos de los antiguos elementos béticos integrados en el club sevillista (Domínguez Anillo, Otero, Folgado, etc.) más otros socios-jugadores de origen netamente sevillistas, como lo fueron los hermanos García de la Borbolla, a quienes no se les conoce relación previa alguna con el Betis FC.

“Anoche se reunieron en Junta General los individuos que habían pertenecido a la antigua sociedad “Betis Football Club” habiendo acordado reorganizar el club y al mismo tiempo nombrar la junta directiva en la forma siguiente:

Presidente: D. Guillermo Comesaña Arahal.

Vicepresidente: D. Alfonso Casellas.

Secretario: D. Eladio García de la Borbolla.

Tesorero: D. Manuel Domínguez.

Vocales: D. Miguel Folgado.

D. Francisco Díaz.

D. Diego Otero.

D. Antonio Amorós.

Capitán primer equipo Antonio Gutiérrez Fernández.

Está sociedad, siguiendo la costumbre de años anteriores, piensa organizar varios equipos, entre ellos uno infantil.

Los individuos que deseen ingresar como socio en la referida sociedad pueden dirigirse al domicilio social en Castellar, 42.”

EL NOTICIERO SEVILLANO, 21 de marzo de 1914

Entre esas noticias, ya vimos la confirmatoria de la fecha de fundación oficial bética en la sede del Sevilla Balompié.

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En cualquier caso, la aparición (o resurrección) del Betis se produce varios meses después del inicio de las gestiones para la obtención del título de Real ante el monarca español, de modo que no parece muy creíble que aquel primitivo Betis de 1909 de los hermanos Gutiérrez, desaparecido y ni siquiera inscrito en el Gobierno Civil, fuese a ser el destinatario de las bendiciones reales.

Cuestión distinta sería que el proyecto para la consecución del patrocinio real hubiese partido de otro lugar. La mirada entonces se dirigiría automáticamente hacia el Sevilla Balompié, entidad con socios más afines a la monarquía, dada su pertenencia al mismo ejército que el rey soldado Alfonso XIII. Si así fuese, podríamos estar ante un plan preconcebido y con unas finalidades muy definidas. El genio intelectual de Pedro Rodríguez de la Borbolla y sus dotes para hacer política se encontrarían detrás de esta estrategia, que se nos aparece hoy de una inteligencia extraordinaria.

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Pedro Rodríguez de la Borbolla

Sería posiblemente el entorno del propio rey Alfonso XIII, a instancias del Marqués de Mochales quien, ante la petición de los balompédicos de que honrase al club con la corona, sugiriese el nombre de Pedro Rodríguez de la Borbolla, joven político sevillano e hijo de un hombre de su total confianza, para gestionar discretamente dicha petición, quizás para evitar las críticas de la opinión pública por el favoritismo del trono hacia la clase militar y lo inapropiado del interés del monarca por el sport, algo que estaba muy lejos de ser una cuestión de Estado. O quizás por otras razones que se nos escapan.

Sea como fuere, los datos apuntan a que Rodríguez de la Borbolla diseñó un plan tremendamente ingenioso, que consistiría, como hemos dicho, en formalizar los trámites para la obtención del título real a través de un vehículo aparente (el nuevo Betis FC), en lugar del propio Sevilla Balompié, aún cuando la idea fuese que éste acabara siendo el destinatario último (mediante la posterior absorción de aquél) de la corona. No parece casualidad que la junta constituyente del nuevo Betis, en trance ya de ser coronado como real, consigne como establecimiento del Club precisamente el mismo lugar en que estaba la Secretaría del Sevilla Balompié, en la Venta de Eritaña.

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El “plan Borbolla” permitiría además cubrir varios objetivos muy apreciables:

Primero, como se ha dicho, se evitaba (o dificultaba) una nueva polémica pública por los favores reales a la casta militar, que pudieran salpicar la ya de por sí castigada figura de Alfonso XIII en este sentido. El atractivo de la corona permitiría mientras tanto también buscar las adhesiones de autoridades, la aristocracia y personajes importantes de la sociedad civil española y sevillana. Así sucedió, y el 27 de noviembre de 1914, El Liberal publicaba la siguiente relación de cargos del ya Real Betis FC:

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“Presidente nato, el Rey D. Alfonso XIII. Presidentes honorarios, el Marqués de Mochales, D. Pedro Rodríguez de la Borbolla y Amoscótegui, el Conde de Halcón, D. Francisco Pagés y Belloc, D. Manuel Hoyuela, D. Estanislao D. Ángelo, el Alcalde de Sevilla y D. Rafael García de la Borbolla. Socios honorarios: D. Eduardo Dato (presidente del gobierno), D. José Sánchez Guerra (ministro de gobernación), D. Antonio Maura (presidente del Partido Conservador), Marqués de Viana, Marqués de la Torrecilla, Conde de Romanones, Marqués de Alhucema, Marqués de Estella, D. Santiago Alba, Conde de la Montera, D. Lorenzo Domínguez Pascual, Marqués de Salobral, D. Carlos Cañal, Capitán General de Andalucía, Gobernador de Sevilla, Presidente de la Diputación, D. Teodoro Iradier, Conde de Urbina, D. Eduardo Ybarra, D. Hilario del Camino, D. Agustín Vázquez Armero, D. Enrique González, D. Ildefonso Marañón, D. José Montes Sierra, D. Manuel Clavijo, Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, D. Félix Valparda, D. Salvador López, Hno. Mayor de la Cofradía de la Esperanza, Hno. Mayor de la Cofradía de Ntra. Sra. De la Hiniesta.”

Segundo, se provocaba la escisión ya comentada en el Sevilla FC por parte de los elementos exbéticos (del Betis de 1909) que se habían integrado en aquél, haciendo que se embarcasen en el nuevo Betis con el reclamo de la corona. Era mucho más factible que estos elementos se integrasen en el resucitado Betis a que salieran del Sevilla FC directamente para el Balompié, pues no hay que olvidar que en su día se escindieron voluntariamente de los balompédicos debido a ciertas discrepancias con ellos.

Tercero, la obtención de la corona real ejercía también su vis atractiva incluso entre elementos originalmente sevillistas, empezando por los hermanos Eladio y Francisco García de la Borbolla, primos de Pedro Rodríguez de la Borbolla Serrano y conocedores del plan diseñado por éste, ante el que inmediatamente sucumbieron, sirviendo de cabezas de puente para la huida de otros sevillistas hacia el nuevo Betis FC, como paso intermedio para su integración definitiva en el Balompié, desmembrando a su principal enemigo deportivo, al que se ocasionaba una herida de muerte que probablemente lo condenaba a pasar por aceptar una absorción en desventaja, algo que finalmente abortaría Paco Alba.

Cuarto, el Balompié, en perspectiva de convertirse en club real mediante su fusión en curso con el Betis FC, podía mover influencias en el Ayuntamiento sevillano para fortalecer su economía con una subvención municipal de 1.000 pesetas obtenida en septiembre, muy cerca del fin del proceso, y que lo situaba en ventaja desde el punto de vista patrimonial ante cualquier movimiento de integración.

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La mano de Rodríguez de la Borbolla se percibe en ello. El Alcalde de Sevilla, D. Carlos Lastra Romero, Marqués de Torrenueva, aprueba esta insólita ayuda en septiembre y mes y medio después, ya era Presidente de Honor bético. La distinción real no la recibe el subvencionado Balompié, lo que hubiera levantado más sospechas, sino el equipo bético, al que poco le quedaba (apenas días) para ser absorbido por su nodriza.

Quinto, la Sociedad Sevilla Balompié no aparecía públicamente como promotora del plan, pudiendo esgrimir frente al Sevilla que no era ningún subterfugio o maniobra extraña para descolocarlo del liderazgo en la futura sociedad común sevillana sobre la que se estaba negociando, sino un asunto propio y particular del Betis FC, ajeno a cualquier influencia del Balompié.

Sexto, una vez completada la operación envolvente con la absorción bética por parte del Sevilla Balompié, la situación era en apariencia inmejorable: el título de real estaba en manos de los militares (su destino natural desde el inicio) y, en caso de una hipotética negociación por la integración de los clubes sevillanos, el flamante Real Betis Balompié aparecía bendecido por sus méritos deportivos, su gran ramillete de jugadores, una economía saneada gracias al apoyo municipal, el caché aristocrático de sus socios de honor y, por encima de todo, el propio título de Real, con lo que desactivaba en la práctica el principal y casi único argumento sevillista entonces para triunfar en una eventual integración, los derechos de antigüedad, apenas migajas ante tanto mérito balompédico. Además hay que contar con el choque ideológico y cultural que suponía para el núcleo duro de socios del Sevilla F.C. someterse a un club con tan característico marchamo militar. Con ello se daba respuesta desde el Balompié a la previa estrategia sevillista de integrar al primitivo Betis FC absorbiéndolo, precisamente bajo el criterio de su mayor antigüedad, pretendiendo establecer un precedente en este sentido que le beneficiase a futuro. El acceso casi inmediato de Pedro Rodríguez de la Borbolla Serrano a la presidencia del Real Betis Balompié en 1915 tras la absorción confirma esta maniobra circular perfectamente trazada.

(Continúa leyendo el siguiente capítulo de UNA REGIA SORPRESA aquí)

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martes, 9 de octubre de 2012

THE BRITISH LIBRARY Y EL SEVILLA FC

POR JAVIER TERENTI

La British Library es la Biblioteca Nacional del Reino Unido, una entidad homologa de nuestra Biblioteca Nacional. En su origen, era un departamento del Museo Británico hasta independizarse de este en 1973. Contiene más de 150 millones de documentos (libros, manuscritos, periódicos, revistas, patentes, mapas, grabados…), tanto en formato impreso como digital, con una antigüedad que en algunos casos se remonta al año 2000 AC. Cada año se añaden a sus fondos 3 millones de nuevos documentos, lo cual hace que sus 625 Km de estanterías crezcan a razón de 12 Km al año. Por poner algunos ejemplos, entre las joyas que guarda se encuentran el Códice Sinaítico, el Códice Alejandrino, dos ejemplares de la Biblia de Gutemberg, dos ejemplares de la Carta Magna de 1215, el Códice Arundel de Leonardo da Vinci, la única copia manuscrita que sobrevive del poema Beowulf e incluso manuscritos de los Beatles.

La British Library se encuentra en el mayor edificio público construido en el Reino Unido durante el siglo XX. Sin embargo, la Hemeroteca de la Biblioteca Británica se encuentra en Colindale, en la zona norte de Londres. Contiene la práctica totalidad de los periódicos publicados en Gran Bretaña e Irlanda desde 1800, en gran medida debido al hecho de que, desde 1869, es obligatorio enviar un ejemplar de cada publicación a la Biblioteca Británica. En total, la colección de periódicos consta de 660.000 volúmenes encuadernados y 370.000 rollos de microfilm. Hablamos de decenas de millones de ejemplares de 52.000 títulos ocupando 45 Km de estanterías.

En mayo de 2010 comenzó un programa de diez años de duración que pretende la digitalización de 40 millones de páginas.

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Haz click en la imagen para ir a la web de la BNA

Hace unos días,  la British Library se hizo eco de la noticia aparecida en el Dundee Courier sobre la constitución del Sevilla Football Club en su página web, dando cobertura y publicidad a este hecho. Se pusieron en contacto con nosotros para que les ampliásemos información y así lo hicimos. Esto no es nada fácil, como comprenderán, pues deben estar muy seguros de la información dado el prestigio que la institución británica tiene.

El texto en su web dice lo siguiente:

“Nuestra fascinación no encuentra límites con las historias que la gente encuentra en la Hemeroteca Británica.

Mientras la mayoría de las historias (¡hasta ahora!) que la gente nos ha enviado amablemente han estado relacionadas con historias familiares, hay cientos de investigadores historiadores hurgando en la hemeroteca.

Recientemente, el Departamento de Historia del Sevilla Fútbol Club contactó con la BNA (British Newspaper Archive) para hablarnos de su asombroso e histórico descubrimiento en la hemeroteca.

Uno de los investigadores en el Departamento de Historia del club de fútbol retoma la historia ...

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Un tesoro para la historia del fútbol, el acta de constitución del Sevilla Fútbol Club, ha sido descubierto recientemente en la Hemeroteca Británica por parte del departamento de historia del club. Se trata de la edición del Dundee Courier del día 17 de marzo de 1890, donde un artículo enviado por el corresponsal español en Sevilla en aquel momento relata la fundación del club. Aunque ya existían evidencias que sugerían la posibilidad de que el club se había constituido en 1890, no ha sido hasta ahora cuando hemos podido asegurar que se trata del club español más antiguo específicamente dedicado a la práctica del fútbol.

Según el artículo del corresponsal del  Dundee Courier, que ha permanecido oculto durante casi 123 años, el club fue debidamente constituido el 25 de enero de 1890 por un grupo de jóvenes británicos residentes en Sevilla. Con el fin de hacer esta constitución plenamente legal, decidieron en primer lugar jugar bajo las reglas de la Asociación, en segundo lugar incluir la palabra “Fútbol” en su denominación, y en tercer lugar elegir a sus cargos oficiales.

La razón por la que este importante artículo fue publicado en el Dundee Courier, probablemente se deba encontrar en el hecho de que, en aquellos tiempos, toneladas y toneladas de naranjas de Sevilla eran cargadas en vapores, viajando desde Sevilla a Dundee donde eran tratadas para la elaboración de nuestra famosa mermelada.

Sin embargo, esta conexión entre Sevilla y Dundee podría incluso ir más allá si tenemos en cuenta que dos de los miembros del Sevilla Fútbol Club en aquella época, D. Thomson y Robert Thomson, podrían estar relacionados con DC Thomson, fundadores del Dundee Courier. Sabemos que D. Thomson jugó un partido en las navidades de 1890, mientras que Robert Thomson actuó como árbitro en diferentes partidos. Quizás, uno de ellos fue el corresponsal en España que envió el artículo al Dundee Courier.

The Dundee Courier – Monday 17 March 1890
Image © THE BRITISH LIBRARY BOARD. ALL RIGHTS RESERVED.

Con respecto a los principales cargos oficiales, el primer presidente del club fue el escocés Mr Edward Farquharson Johnston (Elgin, 14 de octubre de 1854). Era el vice-cónsul británico en Sevilla y copropietario de la compañía MacAndrews & Co, naviera con líneas comerciales entre España y Reino Unido, una de las cuales era el transporte de naranjas de Sevilla. Hugo Maccoll, otro joven escocés (Glasgow, 9 de junio de 1861), ingeniero naval que en aquella época se había trasladado a Sevilla para trabajar como director técnico de la fundición Portilla White, fue el primer capitán.

Uno de los compañeros de Maccoll en la fundición Portilla White de Sevilla, Isaías White junior, fue el primer secretario del club. Era el hijo de un empresario inglés que había fundado la mencionada compañía, una de las fundiciones más importantes de España a finales del siglo XIX.

Con el fin de celebrar la fundación del club, Isaías White envió una carta a un Club de Recreo de Huelva para invitarles a jugar un partido de fútbol en Sevilla. La carta fue publicada en el diario español, ya desaparecido, La Provincia. Aunque los miembros del Recreativo de Huelva nunca habían jugado juntos un partido de fútbol, aceptaron la invitación y el partido tuvo lugar el 8 de marzo de 1890, siendo así el primer partido oficial de fútbol jamás jugado en España. El Sevilla Fútbol Club ganó aquel histórico partido por 2 a 0, siendo marcado el primer gol en la historia del fútbol español por el jugador sevillista Ritson.

Unos años después de la fundación del club, a principios del siglo XX, los miembros del Sevilla Fútbol Club decidieron encargar a uno de los muchos vapores que en aquella época atracaban en el Puerto de Sevilla, camisetas con los colores blanco y rojo para jugar al fútbol. Se cree que podrían haber querido usar los mismos colores que el Sunderland AFC, ya que el primer capitán del Sevilla FC, Hugo Maccoll, y Gilbert Reid Pollock, otro de los miembros fundadores, residían allí por aquel tiempo, donde habían establecido la compañía Maccoll & Pollock. Sin embargo, ésta no sería la única reminiscencia que mantendrían de sus orígenes británicos, al ser su primer escudo muy similar al de los clanes escoceses.

En 2007, el Sevilla FC volvió a la ciudad donde había nacido su primer capitán, Hugo Maccoll, para ver cómo un nuevo capitán, Javi Navarro, en una especie de tributo hacia los orígenes del club, levantaba su segunda Copa de la UEFA. El próximo mes de enero, el Sevilla Fútbol Club cumplirá 123 años, siendo así el primer club español de fútbol jamás fundado”.

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lunes, 8 de octubre de 2012

UNA REGIA SORPRESA (V)

Viene de aquí

POR ENRIQUE VIDAL.

5º).- 1914 - MIRÓ, GALLEGOS, ALBA

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José María Miró y Trepat, Presidente del Sevilla F.C.

El 1 de enero de 1913 (pronto se cumplirá el centenario de esta efeméride), el Presidente del Sevilla F.C., D. José María Miró Trepat, inauguraba el primer campo de fútbol cerrado (aunque con vallas portátiles) y con dimensiones reglamentarias de la ciudad, en el Prado de San Sebastián, un entorno usado en precario desde antiguo no sólo por el club sevillista sino por otras entidades y grupos de aficionados al football. Aquel estreno supuso sin duda uno de los eventos más trascendentales de los primeros años de vida de la entidad sevillista, y tuvo una gran repercusión social. La prensa local y nacional se hizo amplio eco del suceso, gracias al cual, por fin, quedaba definitivamente consolidado el Club, al contar con unas instalaciones deportivas propias para uso y esparcimiento de sus socios, dejando de lado para siempre la incertidumbre y el nomadismo que condicionaban las prácticas deportivas de la sociedad. La ancestral alianza con el Círculo Mercantil proporcionaba ahora su signo más evidente, gracias al convenio alcanzado por Miró con esta asociación empresarial para la utilización de la caseta de feria permanente que tenía ubicada en el emplazamiento escogido, y que cumpliría las veces de tribuna y de vestuario para los equipos contenientes.

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Inauguración del campo del Mercantil, 1 de enero de 1913

Además de esta inauguración, el primer trimestre de 1913 tuvo un ritmo frenético en sevillista. Tras los amistosos del mes de enero contra las tripulaciones del Yate Mekong y del Vapor Cordova, el equipo alcanzó su primer gran éxito deportivo con su victoria en el Campeonato de Sevilla de 1912, tras derrotar por 3 a 0 al Betis Football Club el 23 de febrero de 1913, y al Sevilla Balompié por 2 a 0, el 2 de marzo siguiente.

En otro ámbito no menos relevante, Miró alcanza un hito sensacional, algo asombroso incluso visto con ojos actuales, una publicación deportiva propia, vehículo institucional del Sevilla Foot-Ball Club, compartida con otras entidades deportivas locales, como lo fue la revista Sport Sevillano.

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El brillante mandato de José María Miró Trepat culminaría con otra gestión excelente, ya en la antesala de su forzada marcha de la ciudad: la integración en el seno sevillista de los mejores jugadores del Betis Football Club.

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EL CORREO DE ANDALUCÍA, 19 de septiembre de 1913

En la asamblea de socios celebrada el 11 de octubre de 1913, se formaliza oficialmente la salida de Miró Trepat como Presidente del Sevilla F.C., nombrándose en su lugar a quien ya fuese máximo mandatario del club en octubre de 1905, D. José Luis Gallegos Arnosa.

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José Luis Gallegos Arnosa, dos veces Presidente del Sevilla F.C.

La segunda etapa de Gallegos al frente de la nave sevillista puede decirse que estuvo marcada por las turbulencias. El ideario de José Luis Gallegos estaba lejos de coincidir con el de José María Miró Trepats. Mientras éste, con el apoyo del carismático Paco Alba (que era su Secretario) y sus seguidores, perseguía el fortalecimiento del Club mediante una política que podríamos denominar de crecimiento orgánico, impregnada por una concepción eminentemente práctica (típica de un catalán) del funcionamiento de la institución, centrada en el fortalecimiento de sus estructuras, a base de invertir en instalaciones, atraer jugadores y organizar eventos deportivos de toda clase, no solo futbolísticos, Gallegos tenía quizás una visión más romántica, orgullosa y menos competitiva del deporte, plasmada en su denominado Proyecto Ideal, expuesto en el periódico Sport Sevillano, cuyo fin último lo constituía la creación de un gran club polideportivo sevillano, un plan sin duda muy ambicioso y que requería la convergencia de todos los clubes e instituciones deportivas, incluidas las académicas, así como el apoyo de las autoridades, para su puesta en marcha. Sobre todos estos aspectos merece la pena consultar la magnífica obra de Juan Castro Prieto “Orígenes del fútbol sevillano. La olvidada memoria británica”, en la que su autor desmenuza con la maestría que le caracteriza todos estos aspectos.

Con Gallegos, y su Proyecto Ideal de trasfondo, se retoman a finales de 1913 las conversaciones institucionales con los otros clubes futbolísticos de la ciudad en busca de esa amalgama que pueda generar el sustento societario preciso para el futuro club polideportivo que el dirigente jerezano tiene en mente. Como quiera que ello sucede en paralelo con los movimientos para la creación de una federación regional y con las gestiones iniciadas para la concesión del título de real para el nuevo Betis Club que está por llegar, Gallegos se ve envuelto en un contexto quizás excesivamente complejo y plagado de intereses latentes que no constituye precisamente el mejor caldo de cultivo para sus aspiraciones. Sus relaciones personales con Herbert R. Jones se deterioran enormemente durante este tiempo.

Tampoco ayuda a la causa ni, especialmente, a las relaciones con el Balompié, su viejo antagonismo con Salvador López, que llevara a ambos a ignorarse mutuamente en los medios de comunicación de la época. En 1906, López acompañando a Masferrer en Sevilla no le hace partícipe de la obra de Gallegos en el Sevilla F.C., ni en el remo y otros deportes, sin que se le mencione ni reconozca expresamente en sus crónicas para El Mundo Deportivo. Por su parte, Gallegos, en Fígaro, en 1914, afirma tajantemente que antes de él en Sevilla, en cuanto a deportes, no había nada, ninguneando la encomiable labor de López desde el siglo XIX. Recordemos que Salvador López era profesor de educación física e inició en el juego del football a un buen puñado de jóvenes sevillanos, singularmente a los que se adiestraban para ser militares en la Academia Politécnica y acabaron fundando el España Balompié, que eran sus alumnos.

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Dirigía la Academia Politécnica Luis Rodríguez Caso, figura decisiva en los inicios sevillistas (propietario de la Fábrica de Vidrios de La Trinidad) y sobre todo balompedistas, pues el evento “España en Sevilla”, organizado por él a mediados de 1908, y que constituyó la espoleta de la Exposición Iberoamericana finalmente celebrada en 1929, fue también el fervoroso desencadenante de la constitución formal del España Balompié y de la configuración de su ideario patriótico-militar. Se percibe sin duda la gran auctoritas que tenía sobre sus pupilos de la academia.

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Amigo del ejército, y eficiente empleado de un alto mando como Rodríguez Caso, Salvador López se adhiere públicamente a la causa bética, apareciendo en El Liberal del 27 de noviembre de 1914 entre las celebridades con cargos honoríficos de ese nuevo Betis coronado por Alfonso XIII. Y también a la causa balompédica, representando, junto a Jones, al Real Betis Balompié en la primera directiva de la Federación Regional Sur.

Con la oposición interna de Alba en el Sevilla, y con béticos y balompedistas más preocupados por la concesión de ese título de real, los acontecimientos desbordan y aíslan a Gallegos, que ya en la primavera de 1914 ha perdido la fe de los militantes sevillistas y comprende las dificultades para la unificación con el resto de conjuntos sevillanos, presupuesto necesario para el éxito de su Proyecto Ideal. Todo ello le explota en la cara con la huida de elementos sevillistas (encabezados por los García de la Borbolla) hacia un Betis FC a punto de ser coronado; el fracaso deportivo sevillista ante el Balompié en el Campeonato de Sevilla; y, sobre todo, el triste episodio de la “copa violetero”, el mejor ejemplo del nerviosismo de Gallegos, cuya actitud trasciende de un simple enfado deportivo, percibiéndose en ella los rescoldos del mal rollo derivado de las frustradas negociaciones.

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Francisco J. Alba Alarcón, Presidente del Sevilla F.C.

Se llega así a una estación límite, pues el Club sevillista entra en barrena y se halla más cerca que nunca en toda su historia de la desaparición.

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OIGA Nº Especial dedicado a las Bodas de Oro del Sevilla F.C.; Junio 1955.

Sólo el tesón y el enorme carisma de Paco Alba logran reflotar la nave sevillista y la hacen resurgir casi de sus cenizas a partir de la histórica asamblea del 27 de junio de 1914, en la que Alba toma las riendas, siendo designado Presidente, y se aprueba una refundición de los estatutos bajo la clara inspiración (un auténtico calco) de las reglas del FC Barcelona, a instancias de Miró Trepats. Unos estatutos donde, no por casualidad, se recalca la fecha de la fundación oficial sevillista del 14 de octubre de 1905, marcando oficialmente el terreno de los derechos de antigüedad para cualquier posibilidad futura (y ya mucho más improbable) de integración entre clubes.

Gallegos pasa a un absoluto ostracismo desde esta misma asamblea. Desaparece por completo del Club. Da la impresión de que los socios del momento le percibían casi como un traidor. Lo cierto es que durante su segundo mandato el Balompié se había hecho más fuerte que nunca, deportiva e institucionalmente, con tentáculos en las más altas esferas políticas, y además el equipo padeció la mayor sangría de socios y jugadores conocida hasta entonces. Su afán por la unificación, a los ojos de los más fieles seguidores sevillistas, parecía estar detrás de todos estos males que provocaron la defenestración de un Presidente no obstante crucial en la vida del Club.

Como hemos visto, la autoridad y ascendencia moral de Paco Alba salvan al Sevilla FC de la desaparición. Personalmente Alba tiene que convencer jugador por jugador a sus hombres para que no abandonen el barco, y recuperarlos para la causa. Testimonios como el de Jorge Graells Miró, Carlos García Martínez y otros muchos sevillistas de la primera hora que lo conocieron presentan a Alba como auténtico mesías, siendo idolatrado y calificado como verdadera “alma mater” del club y del propio fútbol sevillano.

“Paco, el popular Paco Alba, era una institución sevillana. Dedicado desde sus más cortos años a la propaganda intensa del "sport", en él descansaba y él era el propulsor entusiasta de las más variadas iniciativas. Predicando con el ejemplo, no se detenía en obstáculos de ningún género; fiel a su convencimiento de que la salvación de España estaba en la vigorización de la raza, fue el alma mater del fútbol sevillano y el más experto y constante cultivador de todos los ejercicios de educación física. Ha muerto cuando todo le sonreía: su juventud, su fornida naturaleza, sus envidiables condiciones de carácter, su jovialidad peculiar, que despertaba en todas partes simpatías.”

Carlos García Martínez, Presidente del Sevilla F.C. y amigo de Paco Alba.

La fuerza con que se le reconocieron a Alba sus méritos en trance tan decisivo para la vida del Sevilla eclipsó por completo la figura de Gallegos, y todo lo que éste representaba, entre otros extremos de singular relevancia, su rol como eslabón clave con la primera generación de sevillistas de 1890.

Desde la misma llegada de Alba a la Presidencia del Club comienzan a apagarse los ecos de una posible integración. Utilizando la diplomacia, Alba va devolviendo las aguas de la rivalidad a cauces más tranquilos y normalizados, con cada club en su sitio. La unificación se ve más como un deseo, a ojos de la prensa, que como una posibilidad tangible:

“Existe el propósito entre muchos aficionados de Sevilla de unir a las sociedades futbolísticas Sevilla F.C. y Balompié, campeón ésta de Sevilla. Si se llegara a conseguir esta unión, que verdaderamente se desea …”

El Noticiero Sevillano, 1 de agosto de 1914.

Y a partir de hacerse pública la concesión oficial del título de real al Betis, se pierde cualquier rastro sobre una posible participación sevillista en una fusión de clubes locales. Para una entidad como el Sevilla F.C., nacida en el interclasismo, los ideales democráticos y los patrones del regeneracionismo procedentes de Europa, reafirmados ahora con la presidencia de Alba y la salida del Club de Gallegos, adscribirse formalmente a la Corona, con todo lo que significaba desde el punto de vista ideológico y de pensamiento, era un obstáculo infranqueable, pues suponía un choque cultural que lo dejaba de facto al margen de cualquier proyecto unificador.

(Continúa leyendo el siguiente capítulo de UNA REGIA SORPRESA aquí)

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sábado, 6 de octubre de 2012

LA MERMELADA Y LA HISTORIA DEL SEVILLA FC

Javier Terenti, además de un gran investigador al servicio del Sevilla FC y magnífico compañero, es la persona dentro del Área de Historia encargada de ponerse en contacto con los responsables de las publicaciones internacionales cuando nos requieren, investigar a través de los herederos de los personajes sevillistas a lo largo de la historia en el extranjero igualmente, y de traducir los textos en inglés. Es nuestro experto en estas cuestiones y ha sido fundamental en determinados procesos de investigación en los últimos meses como así lo hemos comprobado con los descendientes de Isaías White, primer secretario sevillista en 1890. De ahí nuestra multidisciplinaridad, esa que a algunos tanto chirría.

Todas las publicaciones de La Palangana Mecánica que tienen que ver con el hecho de nuestros inicios y su repercusión o investigación internacional, han pasado por Javier, por lo que hoy es menester dedicarle este post.

El caso es que, tal y como ayer comentábamos en Twitter, estas publicaciones internacionales, especialmente de Reino Unido, van siendo cada vez más abundantes. Esperamos que la noticia pronto sea que ya no publicamos ni hacemos mención a ellas, por regularidad en los medios habitualmente y dejemos de hacer estos artículos haciendo referencia a ellos.

Un nuevo periódico inglés se hace eco de la noticia, en este caso el periódico ‘Metro’ de la ciudad de Dundee, Escocia.

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VERSIÓN DIGITAL DE METRO DE 25 DE SEPTIEMBRE DE 2012.

Dundee Jammed with Seville in Football History
TRADUCCIÓN POR JAVIER TERENTI

El título del artículo no es más que un juego de palabras con el término “jam” (mermelada) usado como verbo para expresar la unión entre Dundee y Sevilla a través de la historia del fútbol.

La historia de Dundee como la capital de la mermelada, el yute y el periodismo podría ayudar a un club de fútbol español a probar su afirmación de que se encuentra entre los más antiguos de Europa.

El acta de constitución del Sevilla FC ha sido encontrada en la Hemeroteca Británica por el departamento de historia del club, después de que la historia de la fundación del club fuese recogida en un periódico local el 17 de marzo de 1890.

Un artículo fue enviado a Dundee por un corresponsal español en Sevilla recogiendo la fundación del club. Y no ha sido hasta que el artículo fue encontrado, cuando los archivistas han podido estar seguros de que el Sevilla es el más antiguo club de fútbol español.
Grant Millar de la compañía online de Dundee Brightsolid, que ha estado en contacto con un investigador español, dijo: “según el artículo, que ha permanecido oculto durante 123 años, el club fue fundado el 25 de enero de 1890 por un grupo de jóvenes británicos residentes en Sevilla”.

“Con el fin de hacer esta constitución legal, decidieron primero jugar según las reglas de la Asociación, segundo usar la palabra 'fútbol' en su denominación y tercero, elegir sus cargos oficiales. El motivo por el cual este artículo fue publicado en el Dundee Courier es probablemente debido al hecho de que, en aquel tiempo, toneladas de naranjas de Sevilla eran cargadas en vapores, viajando desde Sevilla a Dundee para la fabricación de mermelada”.

Según dijo Mr Millar, entre los miembros del club se encontraban un D. Thomson que jugó un partido sobre las navidades de 1890 y un Robert Thomson que actuó como árbitro.

Cree (Mr Millar) que ambos pudieran haber estado relacionados con la firma de publicaciones de la familia DC Thomson de Dundee.

Más recientemente, los lazos escoceses del club continuaron cuando este fue dirigido en 1986 por el anterior 'jefe' de los Rangers, Jock Wallace, y en 2007 cuando ganaron la copa de la UEFA derrotando en la tanda de penaltis a sus compatriotas españoles del Espanyol en el Hampden Park de Glasgow.

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VERSIÓN EN PAPEL DEL PERIÓDICO ‘METRO’

Javier nos sorprenderá en breve con la traducción de otro artículo que se nos antoja fundamental. No os lo perdáis.

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viernes, 5 de octubre de 2012

ANUARIO DE LA FUTBOLTECA

Anuario de la Liga 2011-12. Ya está disponible, totalmente gratis, para su descarga el anuario elaborado por www.LaFutbolteca.com

En este dossier encontrarás un completo compendio de la pasada temporada con un ameno contenido donde podrás visualizar estadísticas, análisis, fotografías y todo lo relacionado con una de las Ligas más importantes a nivel internacional, la española, recogiendo en algo más de 200 páginas las vicisitudes de todos aquellos clubs militantes entre Primera y Tercera División.

Su descarga, que recomendamos encarecidamente, se  puede realizar a través del siguiente enlace.

Anuario
Felicitamos al equipo de La Futbolteca por tan interesantísimo trabajo y les agradecemos que su esfuerzo lo pongan desinteresadamente a disposición de todos los aficionados al fútbol.

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miércoles, 3 de octubre de 2012

UNA REGIA SORPRESA (IV)

Viene de aquí

POR ENRIQUE VIDAL

4º).- 1914 – SURGE UN NUEVO BETIS

Empecemos por las fuentes históricas más tradicionales para comprobar el relato de la fundación del Betis Football Club:

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MEDIO SIGLO DE FÚTBOL SEVILLANO, César del Arco (1958)

Del Arco sitúa como fecha de la fundación el año 1909 y entre el grupo de promotores, en esa misma fecha, alude expresamente a los hermanos Borbolla. A destacar la escasa veracidad (“sea cual fuere la verdad …”) que el autor otorga a las versiones acerca de que los fundadores del Betis F.C. en 1909 eran miembros escindidos del Sevilla F.C.

Una segunda versión de obligada referencia es la que figura en la página web oficial del Real Betis Balompié:

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www.realbetisbalompie.es

Este texto coincide con la versión de Del Arco al afirmar que el Betis Foot-ball Club nació en 1909 en virtud de una escisión en el Sevilla F.C., precisando que fue encabezada por Eladio García de la Borbolla. De acuerdo con ambas fuentes, habría que entender que los hermanos Eladio, Francisco y Rafael García de la Borbolla dejaron de ser socios sevillistas en 1909, debido a su huida para fundar el Betis Football Club. Ciertamente, la web oficial plantea una ligera duda sobre el año de la fundación, quizás 1910, pero dejándola abierta. De lo que no se duda en la web oficial, aunque el dato se impute a “relatos orales”, es que el origen del club bético estuvo motivado por una escisión sevillista en 1909. Posteriormente, se dice sin embargo que este Betis F.C. se disolvió en 1913, por lo que habría que dar a dicha entidad por extinguida legalmente ese año. Siendo ello así, y dado que el Sevilla Balompié se fusionó en 1914 con un Betis F.C. recién coronado como Real Sociedad, habría que colegir que el Betis absorbido por el Balompié no era el Betis fundado en 1909 por la familia Borbolla a causa de una escisión del Sevilla, sino uno nuevo.

Para tratar de arrojar algo de luz sobre la cuestión, acudimos directamente a la fuente de la familia Borbolla, que nos proporciona una tercera versión del nacimiento bético. En 2007, Leonardo Rodríguez de la Borbolla explicaba así el surgimiento del club según ha sido transmitido de generación en generación en su casa:

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ABC 4 de junio de 2007

De acuerdo con lo expuesto, según la propia familia Borbolla: (I) el Betis F.C. nace oficialmente en 1909; (II) el Betis F.C. nace por iniciativa de la familia Borbolla, en el domicilio de Rafael García de la Borbolla y Rodríguez de la Borbolla, padre de Eladio; (III) Eladio y Francisco de Asís García de la Borbolla, su padre Rafael García de la Borbolla y Rodríguez de la Borbolla, su tío Pedro Rodríguez de la Borbolla y Amoscótegui y sus primos Antonio, Pedro y Ramón Rodríguez de la Borbolla y Serrano, junto a otros, eran socios del Sevilla F.C. y decidieron escindirse del club blanco; (IV) la escisión del Sevilla F.C. no se sitúa expresamente en 1909, aunque sí de forma indirecta al proporcionarse el dato de que su nacimiento oficial se produjo en la casa familiar de uno de ellos. Se añade también que en el momento de la escisión, Eladio García de la Borbolla era miembro de la junta directiva sevillista presidida por Francisco Javier Alba, e incluso se ilustra el suceso con una anécdota personal entre ambos. Este dato será importante.

Los más recientes estudios sobre el tema, basados en documentos y fuentes periodísticas comprobables, desmienten estas tres versiones. Efectivamente, a finales de 1909 o principios de 1910 se produjo una escisión en un club sevillano de la cual nacería el Betis Football Club, pero no fue en el seno del Sevilla F.C. sino en el de la Sociedad Sevilla Balompié. El cisma se produjo tras el desencuentro surgido entre dos facciones del club con ocasión del campeonato oficioso de Andalucía organizado como anfitrión por el Recreativo de Huelva y disputado en enero de 1910, a causa de la marginación sufrida por los hermanos Antonio y Manuel Gutiérrez Fernández, de procedencia onubense, que no formaron parte de la expedición balompédica elegida en diciembre de 1909 para aquellos trascendentales partidos que se disputaban precisamente en su provincia natal. Ello provocaría la marcha de determinados miembros del club balompédico (a ninguno de los cuales se le conocía pasado en el Sevilla F.C.), y el nacimiento de una nueva entidad (pese a que no llegó a registrarse nunca), en la que se integraron los elementos descontentos de aquélla, y otros nuevos, a la que bautizaron con el nombre de Betis Football Club. No dejaba de ser significativo de su malestar e incluso un cierto guiño a los sevillistas la renuncia de los escindidos al término “balompié”, y la recuperación de la denominación netamente británica “football club”. Para mayor detalle sobre este episodio, pueden consultarse la obra “Primeros pasos del Fútbol Sevillano” y el artículo “Los orígenes onubenses del Real Betis Balompié”, publicado en ABC de Sevilla el 14 de abril de 2011, ambos del investigador Juan Castro Prieto, quien fue el primero en descubrir y sacar a la luz estos hechos, hoy pacíficamente aceptados por la generalidad de historiadores de la ciudad.

Contrastando todos los datos aportados y las distintas versiones del asunto, hay varios puntos seguros:

-En 1909 se fundó un Betis F.C. pero no a instancias de la familia Borbolla, sino de los hermanos Gutiérrez.

-Los fundadores de este Betis F.C. no procedían del Sevilla F.C. sino de una escisión del Sevilla Balompié.

-Eladio García de la Borbolla y Francisco García de la Borbolla seguían siendo socios del Sevilla F.C. en 1909 y en años posteriores. El propio título de socio sevillista del segundo, conservado en el archivo familiar de los Borbolla, está datado en 1911. Por lo tanto, es imposible que una escisión del Sevilla FC hacia el Betis FC capitaneada por los Borbolla tuviera lugar en 1909, como también lo es que ellos fundaran el Betis F.C. de 1909.

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Título de Socio sevillista de Francisco García de la Borbolla fechado en 1911

-Podría surgir la duda, nunca planteada por fuentes verdiblancas, de que la escisión sevillista a iniciativa de los Borbolla tuviera lugar en febrero de 1912, según vimos en la segunda entrega de este trabajo. No obstante, el grueso de estos escindidos retornó al Sevilla F.C. un año más tarde. Además, la propia versión de la familia Borbolla lo descartaría, puesto que se afirma que el Presidente del Sevilla al momento de la escisión era Paco Alba, y éste no ocuparía tal cargo ni en 1909 ni en 1912. Alba no fue presidente del Sevilla F.C. hasta junio de 1914.

El distanciamiento entre los fundadores del Betis FC de 1909 con los socios del Sevilla Balompié hará que la aparición del Betis sea acogida con agrado por el Sevilla Football Club, algo lógico y comprensible pues el decano veía en dicha división un debilitamiento deportivo y social del Sevilla Balompié, su verdadero rival, amén de la posibilidad más cercana de atraerse a unos jugadores valiosos que difícilmente podrían integrarse en la disciplina sevillista directamente desde el Balompié. Las idiosincrasias enfrentadas de los dos primeros clubes sevillanos, cada uno de ellos con su propio e individualizador ideario, presagiaba el fracaso de cualquier intento anexionista, pero con el Betis en liza, el panorama era distinto y así sucedió tanto en 1911 como en 1913. Este apoyo alcanzaría incluso ciertos visos de protección o mecenazgo por parte del club sevillista hacia el Betis Football Club, de lo cual pueden considerarse rastros más o menos evidentes la utilización de los mismos colores blancos como equipación o la constante alineación de jugadores sevillistas reforzando a los béticos para enfrentarse al Balompié.

Juan Castro Prieto, en su obra “Orígenes del fútbol sevillano. La olvidada memoria británica”, nos dice que “… hacia el verano de 1913 el Betis Foot-ball Club, prácticamente había desaparecido de la escena deportiva sevillana. La mayoría de sus jugadores abandonan sus filas para ingresar en distintos equipos; Domínguez, Otero, Liñana, Amorós, etc., juegan con el Sevilla F.C. Los Hnos. Manuel y Antonio Gutiérrez lo hacen en el Andalucía, José Gutiérrez estaba nuevamente integrado en el Balompié; Miguel Folgado, estaba por entonces más preocupado por el ciclismo que por el fútbol. Efectivamente el equipo ni siquiera puede participar en el campeonato de Sevilla de 1914, que se celebró a comienzo de año. La integración en el Sevilla Football Club había provocado la desaparición del simpático Club bético.”

Pudo tratarse, añadimos nosotros, de una desaparición legal plena, pues en El Liberal del 25 de marzo de 1914 se da la siguiente noticia:

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A priori la reseña hay que tomarla con cierta prudencia, tanto por el lugar que se indica como establecimiento, como por no decir Betis Football Club, pues se omite el término “foot-ball”, pero en los días posteriores las noticias de este equipo, crónicas de partidos, etc. seguirán apareciendo con dicha denominación.

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Y en cuanto al lugar de establecimiento (que el suelto periodístico no identifica como “domicilio social” o “secretaría” del Club), la Venta de Eritaña, seguro que no les resultará extraño a los buenos conocedores de la historia del club heliopolitano. Anexa al Huerto de la Mariana, campo de fortuna en esos tiempos heroicos. Enclave, además, muy cercano a propiedades de los Borbolla, donde se erigiría desde la reordenación urbanística para la Exposición, la residencia de Pedro Rodríguez de la Borbolla, "Villa Ramona". Lo más sabroso sin embargo no es esto, sino que dicho lugar coincide con lo que fuentes verdiblancas han identificado como Secretaría del ¡¡Sevilla Balompié!!. Quédense con este dato, que no es baladí ni responde a una simple casualidad.

La noticia de El Liberal aparece tan sólo unos días después de que el 21 de marzo de 1914, en El Noticiero Sevillano, se hiciera pública la reorganización del Betis F.C., por lo que encajaría temporalmente a la perfección. La referencia al balompédico José Gutiérrez como árbitro del partido en Olivares reduce aún más las posibles dudas.

Anoche se reunieron en Junta General los individuos que habían pertenecido a la antigua sociedad “Betis Football Club” habiendo acordado reorganizar el club y al mismo tiempo nombrar la junta directiva en la forma siguiente:

Presidente: D. Guillermo Comesaña Arahal.

Vicepresidente: D. Alfonso Casellas.

Secretario: D. Eladio García de la Borbolla.

Tesorero: D. Manuel Domínguez.

Vocales: D. Miguel Folgado.

D. Francisco Díaz.

D. Diego Otero.

D. Antonio Amorós.

Capitán primer equipo Antonio Gutiérrez Fernández.

Está sociedad, siguiendo la costumbre de años anteriores, piensa organizar varios equipos, entre ellos uno infantil.

Los individuos que deseen ingresar como socio en la referida sociedad pueden dirigirse al domicilio social en Castellar, 42.”

EL NOTICIERO SEVILLANO, 21 de marzo de 1914

Insistimos en la prudencia necesaria, pero dando por buena la cita (dos sociedades con idéntico nombre principal y actividades, constituidas simultáneamente y en la misma ciudad parece demasiada coincidencia), si se habla de “acta de la primera sesión” y de una “nueva sociedad” que presenta su Reglamento en el Gobierno Civil, no habría más remedio que entender, confirmando lo que ya se sabía, que surge un Betis completamente nuevo, al menos desde el punto de vista jurídico-formal, en 1914, y lo más llamativo: probablemente, desde su mismo origen, apadrinado en la sombra por el Sevilla Balompié.

Lo más curioso es que esta realidad ya figuraba consignada en el libro más antiguo que existe sobre historia del fútbol sevillano, y que no es otro que el “Historial del Sevilla C. de F.” escrito por Arturo Otero en 1941. Amén de ser la primera biografía del club sevillista, esta obra es también por extensión el primer tratado sobre la historia del fútbol local, aunque evidentemente no se detenga demasiado en aspectos ajenos al Sevilla F.C., al que estaba dedicado. Arturo Otero, testigo directo de los tiempos primitivos, ya nos decía en su libro:

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HISTORIAL DEL SEVILLA C. DE F., Arturo Otero (1941)

Otero señala claramente que el Betis “que se fusionó con el Balompié” (la precisión es suya) se creó “poco más tarde” que el Español. No señala fecha concreta, ni hace falta que lo haga, toda vez que sitúa perfectamente en el tiempo la aparición de ese equipo bético que fue casi inmediatamente absorbido por el Sevilla Balompié. Nos dice que el Betis surge más tarde que el Español de Sevilla, club que fue fundado en febrero de 1913 y cuyo primer partido lo disputa en marzo de ese mismo año. Recordamos que Otero, Arturo, era hermano de Diego Otero, “Niño Vega”, Vocal en la primera directiva de este Betis recién nacido, y por lo tanto conocía al dedillo las entrañas de lo acontecido. Como vemos, una vez más, un dato importante que pasaba desapercibido vuelve a cobrar sentido al hilo de las nuevas investigaciones, confirmando lo atinado de las mismas a través de una pieza que siempre había estado ahí.

Habíamos dejado en el aire al final de la anterior entrega una pregunta ¿cuál sería el verdadero móvil de la refundación de este club? Teniendo en cuenta la fecha de su nacimiento oficial (finales de marzo de 1914) y la fecha de la primera noticia pública sobre lo bien encaminada que estaba la obtención del título real por un club sevillano (casi dos meses antes, el 1 de febrero de 1914), parece claro que ese móvil era y fue la Corona. Un móvil perfectamente lícito, pero sin una pizca de ese romanticismo con que algunos han querido revestir el nacimiento bético.

Parafraseando al historiador Manuel Carmona, estamos de acuerdo con él en que, efectivamente, fue una razón de “prestancia social” la que propició la escisión de socios del Sevilla F.C. para reorganizarse y fundar el nuevo Betis. Pero quienes aspiraban a esa mayor “prestancia”, a ese prestigio social, no eran los socios ni directivos del Sevilla F.C. por (supuestamente) negarse a fichar a un obrero, sino quienes se escindieron del Club porque aspiraban a disfrutar de un título de real que no tenía precisamente al Sevilla F.C como destinatario.

Así pues, se creó ad hoc un nuevo Betis en 1914 por el prurito de adornarse con una Corona real. Todo apunta a que los Borbolla abandonaron el Sevilla F.C. no en 1909 sino en 1914, y que lo hicieron porque querían disfrutar para sí ese título de real que se estaba cocinando, a sabiendas de que en el Sevilla no recaería. Algunos de los socios escindidos del Sevilla F.C. para reorganizar este nuevo Betis retornarían luego al redil sevillista, su trabajo le costó a Paco Alba. Pero los Borbolla no. Los Borbolla se aferraron a la Corona, y muy pronto verían colmados sus deseos con presidencias y cargos dirigentes en cierto club que no sería precisamente este Betis F.C. (que también), sino aquél que asomaba con fuerza detrás de la concesión de dicha distinción. Tanto como que quizás ese Betis fue parido en su propia casa, la del Sevilla Balompié.

(Continúa leyendo el siguiente capítulo de UNA REGIA SORPRESA aquí)

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martes, 2 de octubre de 2012

ANDRÉS, OUMAR Y JESÚS. HONOR Y GLORIA

POR ÁLVARO YANES.

Si Denis Law hubiese tenido la más mínima idea de lo que el destino le tenía preparado, jamás hubiese aceptado la propuesta del City. Efectivamente, y tras toda la vida en el United, Law  firmó a sus 33 años por el rival de la ciudad, parece ser que en agradecimiento al club que le había dado la posibilidad de debutar en la categoría profesional. Hay que recordar que un veinteañero Law deslumbró en su debut con el Manchester City y, tras un fugaz paso por el Torino italiano y dos traspasos millonarios, recaló en los Diablos Rojos donde jugó una decena de años.

Aquella última jornada de la liga 73-74 el Manchester United recibía al City en Old Trafford. Los citizens no se jugaban nada y el United tenía muchas opciones de descender por primera vez en su historia, ya que no dependían de sí mismos sino que estaban a expensas de lo que hiciera el Birmingham. El partido transcurría por los cauces normales cuando, en la segunda parte del mismo, un futbolista celeste traza una diagonal por banda derecha, centra al corazón del área una pelota rasita y Law, con la parsimonia y tranquilidad del killer, pega un taconazo que entra mansito pegado al palo. Golazo que convierte al teatro de los sueños en el cementerio de las pesadillas. En ese momento el ariete escocés se queda petrificado, consciente de que su gol es la puntilla que manda al club de sus éxitos al infierno. Se vuelve andando, casi llorando a su campo (una de las imágenes míticas de la historia de la liga inglesa) y a los 5 minutos pide el cambio. Fue el último gol de la carrera de Denis Law. Sin embargo, y afortunadamente para su conciencia, en los vestuarios se enteró que el Birmingham había vencido su partido por lo que el taconazo aquel no tuvo trascendencia alguna en el descenso del United. Para su conciencia y para lo que vino después.

Denis Law es una leyenda de aquellos Diablos Rojos sesenteros de Busby que renacieron tras la tragedia aérea de Munich 58, para hacer un equipo irrepetible con varias ligas y la consecución de la primera Copa de Europa para un equipo inglés. El equipo giraba en torno a su temible delantera, conocida como la “Santísima Trinidad” y formada por Law (balón de oro del 64), Charlton (balón de oro del 66) y Best (balón de oro del 68) y que sumaron 665 (¡665!) goles entre los tres. Hace unos años, y en honor a aquel equipo, el Manchester United decidió levantar un monumento que diera la bienvenida a todos los que llegan a Old Trafford. Estamos ante un club nacido en 1.902 (aunque el protomanchester es de 1.878) con 3 Copas de Europa, 19 ligas y multitud de trofeos de todo tipo. Sin embargo se consideró que la “Santísima Trinidad” debería ser la marca identitaria de la institución.

El Sevilla FC ha tenido multitud de jugadores excelsos que por desgracia no hemos visto ninguno por lo que las lenguas antiguas y las vitrinas han sido las encargadas de mostrarnos su grandeza. Hablamos de los Kinké, Spencer, Brand, etc. Por otro lado, tenemos otro grupo que por ley de vida sólo cuenta con un reducido grupo de sevillistas que los vieron en el campo y que fueron mitos de Nervión.

Me refiero a los Arza, Busto, Campanal, Ramoní, Pepillo y otros muchos.

No sabemos qué hubiera pasado si Iturralde hubiera pitado cualquiera de los varios penaltis flagrantes de aquella tarde veraniega en Mallorca. Tal vez hubiéramos ganado nuestra segunda liga y el Sevilla de leyenda de los seis títulos que a los de nuestra generación nos tocó disfrutar, hubiera sido aún más mítico. A pesar de ello, pocos dudan de que el equipo que empieza a ganar títulos en Eindhoven y termina en el Camp Nou ha sido el más grande de nuestra historia, con un plantel que sólo la sapiencia que te da la distancia nos permitirá apreciar y valorar en su justa medida. Cuanto más tiempo va pasando, más grande lo veo todo e imagino que te pasa igual. Recuerdo un equipo construido que tenía su nervio y cerebro en el lateral derecho y que cuando se desgarraba la camisa desplegaba un fútbol imparable. Recuerdo un delantero fabuloso que en cuanto se enteró de qué iba esto nos enseñó lo maravilloso que es el oficio de nueve. No puedo olvidar a un tercer brasileño, especial debilidad de quien suscribe, que nos demostró que la orquesta se puede dirigir desde el mediocampo vestido con un frac. Estos y todos los demás merecen nuestro agradecimiento, cariño y reconocimiento eterno.

Pero en el Olimpo no hay sitio para todo el mundo.

Monumentos futboleros hay muchos. Unos dedicados a fundadores del club (ej. Kerins en el Celtic) pero la mayoría lo están a los ídolos en el campo (Kubala en Barcelona, Strelsov en el Torpedo de Moscú, Maradona en Boca,  etc.). Sin embargo, como digo, mi favorito es el del Manchester United ya que reconoce a algunos de los más grandes pero, en el fondo, no es más que una sinécdoque futbolera que excede al individualismo y que nos traslada a un sentimiento que va mucho más allá. El renacimiento de un equipo construido desde una base. Una forma de entender el fútbol y la vida.

Sevillanos de nacimiento y adopción. Sevillano, español y ciudadano del mundo. Defensa, asistencia y remate. Trabajo, humildad y solidaridad. Constancia, nervio y serenidad. Honor y gloria, no sólo en vida sino en activo de tres caballeros del mundo del fútbol que lideraron nuestras mayores alegrías. Tres Reyes tiene nuestro Escudo que preside desde el aire la calle Sevilla FC en forma de mosaico y tres Reyes del fútbol deben presidir desde el suelo la calle Sevilla FC en forma de monumento. Para que cada vez que vamos de nervioneo, nos saluden y reciban. Nuestra Santísima Trinidad.

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lunes, 1 de octubre de 2012

UNA REGIA SORPRESA (III)

Viene de aquí

POR ENRIQUE VIDAL.

3º).- 1914 - ALFONSO XIII, REY SOLDADO

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El profesor Alberto Brú Sánchez-Fortún, de la Universidad de Barcelona, es autor de un interesantísimo estudio sobre la figura del rey Alfonso XIII titulado “Padrino y patrón. Alfonso XIII y sus oficiales”, en el que explica el origen de lo que él denomina “las relaciones de Alfonso XIII y ‘su’ ejército”, señalando que “su padre, Alfonso XII, salvado el interregno del Sexenio Revolucionario, pudo reinar aupado al pavés por otro pronunciamiento militar, el de Martínez Campos en Sagunto en los últimos días de diciembre de 1874. Cánovas, mentor de don Alfonso y gran mago político de la nueva época que se abría quedó consternado: la monarquía restaurada nacía auspiciada por el inevitable brazo militar. La opinión pública no había podido ser oída. Para contrarrestar este pernicioso origen deslegitimador, Cánovas potenció un personaje desaparecido de las tradiciones del país desde los tiempos de Carlos I, y que funcionaba como un verdadero mecanismo de identificación emocional: nos referimos a la figura del ‘rey soldado’. Se trataba de hacer del joven rey otro oficial, pero colocado en el pináculo de la jerarquía militar. Dada su doble naturaleza de monarca y de oficial del ejército, debería ser capaz de establecer una relación de patronazgo paternalista con el resto de sus compañeros oficiales (…). Pero la figura del rey soldado tenía su reverso. Si bien amenguaba el brillo de los espadones, convertía a la corona en la representante de los intereses y del prestigio del cuerpo de oficiales. En un choque contra políticos civiles, el ejército siempre podría contar con el trono como aliado. La posibilidad de ese choque, improbable siendo nuevo el edificio canovista, se hizo más evidente en el reinado de Alfonso XIII, cuando los cimientos de la Restauración se dislocaban por el desastre colonial y la inoperancia de los partidos del turno.”

El asunto venía de largo. El gran Miguel de Unamuno llegó a escribir: “Estas gentes –Monarquía y políticos– hacen del Ejército un instrumento del Estado y del Príncipe, no un órgano de la nación. El Ejército español es más bien una milicia mercenaria que unos guerreros al servicio de la Patria”. Y Raimond Carr: “Un Ejército que, no podía pagarse los gastos de unas maniobras estaba condenado a la burocratización y a la vida cuartelera”. El Ejército, al verse rechazado por la sociedad generó un desprecio hacia el elemento civil, sobre todo hacia periodistas y políticos –nacionales y regionalistas– que, también, ha llegado hasta nuestros días. La Universidad y la Academia Militar se han ignorado tradicionalmente entre sí, hasta el punto que los militares de la época llegaron a creer que los intelectuales eran los culpables de todos sus males. No es de extrañar, en este contexto, el antagonismo entre los socios progresistas del “Football Club”, educados en Europa, y los delfines del ejército que componían el “Balompié”, futuros salvadores de la Patria. Se trata de un rasgo ideológico diferenciador, por más que quiera disimularse, que ahí estaba, era inevitable, como bien explica la prestigiosa historiadora Helen Graham:

“La pérdida del imperio privó al ingente cuerpo de oficiales, heredado de las guerras continuas del siglo XIX, cualquier papel significativo en la guerra exterior. Al hacerlo, la derrota imperial convirtió a los militares en un poderoso grupo de presión político interno, resuelto a encontrar un nuevo papel, a la vez que se guardaba de perder ingresos o prestigio mientras tanto. Para sacarse el aguijón de la derrota, entre los jefes y oficiales se extendió el poderoso mito de que los políticos civiles habían sido los únicos responsables de la pérdida definitiva del imperio y, por lo tanto, poco podían reclamar moralmente para gobernar el país. Esta creencia ya estaba bien arraigada en la época en que Francisco Franco, con quince años, entró en la academia militar en 1907. Surgió una generación de cadetes que se contemplaban como los defensores de la unidad y jerarquía de España, y de su homogeneidad cultural y política, algo que creían consustancial a la grandeza histórica del país. En realidad, muchos miembros de la elite militar dieron un paso más, considerando su defensa de esta idea de “España” un nuevo deber imperial (…). Lo pernicioso de esta nueva concepción de la defensa imperial fue que pasó a dirigirse contra otros grupos de españoles que simbolizaban los cambios sociales y económicos que se estaban produciendo en las ciudades y centros urbanos (…)

Desde el final del imperio, la oficialidad se había ido convirtiendo cada vez más en una casta encerrada en sí misma. Las academias militares favorecían claramente a los hijos de individuos pertenecientes al cuerpo. Las hijas de oficiales se casaban con miembros de otras familias militares. Era un mundo en el que sus componentes iban disminuyendo sus lazos personales con otros grupos sociales (…)

Pero dejando a un lado las cuestiones de cultura e ideología política, un tema no menos crucial para los jóvenes oficiales del ejército era el de los sueldos y las perspectivas de hacer carrera. Las reformas republicanas reducirían ambos de forma inevitable. Incluso la dictadura militar de la década de 1920 había salido mal parada cuando había tratado de interferir en las prerrogativas militares, lo que no auguraba nada bueno para los depreciados políticos civiles –republicanos por si fuera poco- que pretendían reformar el ejército de frente. Al final, el golpe de julio de 1936 encontraría a sus seguidores más firmes en esta clase de oficiales jóvenes que iban a perder más desde el punto de vista material y además se mostraban muy hostiles ante la idea de que hubiera una democracia plural. …”

Helen Graham, “Breve Historia de la Guerra Civil”, Espasa Calpe, 2006, páginas 19 y siguientes.

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El foot-ball como adiestramiento militar diario, una concepción del sport muy distinta a la de los regeneracionistas.

Se ha a dicho que “el principal defecto político de Alfonso XIII residía en su espíritu castrense, que le inclinaba a favorecer al ejército siempre que existía un conflicto entre el poder político y el poder militar.” La afición de Alfonso XIII por los sports es muy conocida, el propio profesor Brú afirma que “en realidad nunca dejó de ser un playboy que confundía la milicia con uno de los muchos deportes que practicaba.” Durante su reinado, se dedicó a repartir títulos de real a muchas entidades deportivas bajo las más variopintas excusas, entre ellas algunas sociedades con cierto sustrato patriótico o militar, opositoras de otras de cariz más abierto e intelectual. Sólo en el mundo del fútbol encontramos el ejemplo significativo del Real Club Deportivo Español de Barcelona frente a lo que representaba su vecino Football Club Barcelona. La situación entre estos equipos, en el aspecto estudiado, es perfectamente equiparable, mutatis mutandi, a la del Sevilla Football Club con la Sociedad Sevilla Balompié, lo que convertía a ésta, y no al Betis Football Club, con su composición de jóvenes preparándose para la carrera militar, en su mayoría hijos de importantes oficiales del ejército, en el destinatario teórico natural de la concesión de un título real por parte del monarca soldado.

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Carta comunicando concesión del título de Real al Espanyol de Barcelona

Entre las personas de confianza del rey Alfonso XIII estaban Pedro Rodríguez de la Borbolla y Amozcótegui de Saavedra, político liberal sevillano y veterano parlamentario con acreditado prestigio en la Villa y Corte, a quien había designado en estas fechas como Ministro de Justicia. Y asimismo el Marqués de Mochales. Ambos sugieren al rey que se encomiende a Pedro Rodríguez de la Borbolla y Serrano, hijo del primero, también político liberal, el diseño de los pasos a seguir para la concesión del título de real a un equipo de football sevillano. Obviamente el destinatario de la corona habría de reunir unas condiciones mínimas para que la Casa Real lo aceptase. Debía tratarse en última instancia (otra cosa sería impensable) de una entidad que reuniera dignamente los máximos merecimientos para acreditar tal distinción en cuanto a filosofía, potencial deportivo, capacidad económica y socios ilustres. ¿Los tenía el Betis? Rotundamente no, por el simple hecho de que en esos momentos, cuando empieza a gestarse el asunto, ni siquiera existía. El club bético, desde agosto de 1913, estaba desaparecido, sin socios ni jugadores, ni participación alguna en las competiciones deportivas de su entorno, amén de que ni siquiera figuraba inscrito en el Gobierno Civil.

El 1 de febrero de 1914, el cronista deportivo Oreto publicaba lo siguiente:

Probablemente casi seguro y muy en breve podré comunicar a mis lectores una “regia” y grata sorpresa, que se prepara. En cuanto sea un hecho lo que hasta ahora es un proyecto, lo publicaré enseguida para que todos lo sepan, pues yo estoy como quien dice rabiando por trasladarla a esta columna.

EL CORREO DE ANDALUCÍA, 1 de febrero de 1914.

Por su parte, la página web oficial del Real Betis Balompié dice lo siguiente:

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La primera reseña, la de Oreto, indica que el proceso iniciado para obtener la corona llevaba ya algún tiempo tramitándose (“… regia y grata sorpresa que se prepara…”). Teniendo en cuenta la fecha de la noticia, 1 de febrero de 1914, y el recorrido que ya tenía el asunto, pues incluso había propiciado esta filtración a la prensa, se trata de la confirmación de que la iniciativa de la solicitud del título de real no pudo realizarla formalmente el Betis ni nadie en su nombre, pues en dichas fechas sencillamente carecía de existencia legal. Por consiguiente, primero fue la Corona, y luego vendría el Betis. O dicho de otro modo, hasta que las gestiones políticas para la concesión del título de real no estuvieron convenientemente encarriladas, no se reorganizó ningún Betis.

Visto lo visto ¿Cuál sería el verdadero móvil de la refundación de este club? ¿Podrá mantenerse la versión romántica preferida de sus biógrafos tradicionales basada en los relatos orales de la familia Borbolla? ¿Sería una razón más material y elitista?

(Continúa leyendo el siguiente capítulo de UNA REGIA SORPRESA aquí)

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domingo, 30 de septiembre de 2012

…A NERVIÓN SE LOS ROBAN

Estaba la Rosaleda con muchos huecos hoy y la verdad es que no me extrañó, habitaban sentados en el Ramón Sánchez-Pizjuán para ver a su primer equipo. La mitad de ellos, claro, porque la otra mitad ya vino cuando jugó el Madrid ante el Sevilla FC. Bienvenidos en todo caso a ellos y al resto del catetismo nacional. Es una peregrinación obligada como la que deben hacer los musulmanes a la Meca, al menos una vez en la vida.

Esto no es antinatural, funciona así, como así funciona esta Liga de mierda, donde por cojones, se llame Real Madrid, FC Barcelona o Atlético de Madrid, (en menos ocasiones pero también), tienen que ganar. Sí o sí. Lo del Madrid fue un espejismo ya que al árbitro, (que debió ser menos inteligente), debió atorársele la pistola en la funda y no pudo sacarla para perpetrar el atraco, porque otra no cabe o no me lo explico. Han de ganar como sea.

Si estos clubes no lo hacen por la vía legal, porque tienen todas las oportunidades del mundo para comprar los mejores jugadores internacionales, será porque las ayudas arbitrales hagan acto de presencia, so pena de tener que pasar una temporada de neverazo, congelador más bien, por no seguir las directrices. A mí ya no me sorprende nada, lo digo en serio, veo tíos con cascos y porra pegándole a gente y uno no sabe si son policías o no, porque placa no llevan, ¿no van a robarnos los árbitros siendo el fútbol –sobre todo en el sur- “cuestión menor”?

Lo que le pasa a los equipos sevillanos no tiene nombre y debe llegar el momento en el que hay que dar un golpe sobre la mesa, pero a ver quién se atreve viendo el potencial mediático de los mascas.

Esto ya ocurrió históricamente muchas veces, el ninguneo de los equipos del norte siempre estuvo presente, hasta el punto de no querer desplazarse a Sevilla cuando el Grande de Andalucía jugaba de local, como así ocurrió en los años 20 con el Athletic Club de Bilbao, debiendo desplazarse el Sevilla FC a Madrid como local, repito, para disputar el Campeonato de España.

Nervión no regala puntos esta temporada, a Nervión deben robárselos si se los quieren llevar, como ha sido el caso.

Estoy muy orgulloso de mi equipo. Ha luchado, ha jugado, ha toreado por momentos a ese monstruo político-futbolístico llamado FC Barcelona que las han pasado canutas, y nos ha hecho felices a pesar de la derrota cantada por momentos.

Me da igual que hubiese perdido por goleada mayúscula, me sentiría igual de orgulloso porque han hecho lo que tenían que hacer. Se han plantado en el campo con el guión perfectamente aprendido, tácticamente ha sido perfecto y han jugado como los ángeles.

Póngale usted si quiere tal o cual defecto a tal o cual jugador. Yo no lo voy a hacer hoy. Todos han estado perfectos y han representado dignamente al Sevilla FC. Su escudo ha latido al unísono con el de la afición, ha sido una comunión perfecta, hasta el punto en que la grada hizo de jugador cuando expulsaron a Medel.

Y solo me queda por decir ¡Viva el Sevilla FC!, coño.

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viernes, 28 de septiembre de 2012

EL SÍNDROME DE CARLOS HERRERA

Es uno de los muchos nombres por el que puede denominarse la misma tara, que en definitiva nos muestra lo que todo el mundo conoce como complejo de inferioridad infinito.

Carlos Herrera fue designado para dar una conferencia organizada por la Fundación Heliópolis, para hablar de los ¿105? años de historia de su club. Como no podía ser de otra manera, como siempre que algo así es celebrado por ellos, los tiritos al rival de forma soslayada, como un tic irrefrenable, no pudieron dejar de estar presentes en sus citas, motivo por el cual merece que le dediquemos unas palabrillas piadosas.

A nadie le ha de extrañar que estas cosas siempre comiencen en el tono victimista acostumbrado. Ya saben eso de las injusticias cometidas contra ellos, los buenos y los malos, los que les quisieron hacer desaparecer y que como ave Fénix resurgen de sus cenizas una y otra vez en tono épico. Ya cansan. Lo más llamativo de su discurso, graciosillo en algunos momentos todo hay que decirlo, es la base en la que se cimenta su versión histórica. Veamos.

No hay nada más divertido, a la vez curioso,  que tengan que ser los desmemoriados los que cuenten la historia de memoria, el resultado pueden imaginárselo. Efectivamente, Sr. Herrera, para contar su versión histórica no tienen más remedio que recurrir a la tradición oral, a la del boca a boca, porque con los papeles sobre la mesa no hay manera de hincarle el diente.

Y él lo sabe bien, porque si su discurso estuviese fundamentado en documentos, el pasado bético tal y como se cuenta no lo iba a reconocer ni la madre que lo parió. Y claro está que nadie de los presentes estuvo allí en 1907, si me aprietan ni tan siquiera los propios fundadores balompedistas,  como tampoco lo estuvieron en el nacimiento de la Pepa en las Cortes de Cádiz, que fue cuando Fernando VII usaba paletó. Como usted comprenderá, la historia se basa siempre en una metodología científica que nos permite conocerla a fondo. Es la primera de las muchas perlas que D. Carlos nos regalará sin dejar igualmente de esbozar una sonrisa por mi parte.

Y es así como se construyen verdades, fundamentadas en mentiras de tanto repetirlas. Ni Wesolouski estaba en Sevilla en septiembre de 1907, pues vivía en Jerez demostradamente hasta 1909, ni eran simples estudiantes de lo que él llama “la Politécnica”, obviando que eran hijos de militares y se preparaban para tan digna profesión allí mismo, ni Mariano de Cavia publicó lo de “Balompié” en 1907, sino un año después, en 1908, un simple dato que lleva al traste toda “su parafernalia de tradición oral”. Pequeños detalles que el caballero obvia descaradamente, con cierta frescura, pero que transforman completamente lo sucedido en realidad. Un maquillaje de fantasía que hace posible que Betty la fea, (no podía llamarse de otra forma la jodía),  se convirtiese en una Barbie de toma pan y moja.

Aunque hay cosas en las que tiene razón, durante muy breve espacio de tiempo, su equipo ganó la copa de Sevilla y por ello ya fue el equipo poderoso del mundo mundial. Claro que no, hombre, no pidan ustedes perdón por ello. La razón la tiene al reconocer implícitamente que al serlo en tan breve espacio de tiempo habría otro que obtuvo ese honor desde casi siempre. Gracias.

Bueno, bueno. Tópicos típicos, ya saben, el simpático, graciosillo, el que es querido en todos sitios... mi Club al menos se precia de tener un equipo de fútbol y no el corral de comedias al completo.

Hombre, D. Carlos, aquí me va a obligar usted a escribir un artículo haciendo un recuento de peñas -peña a peña si quiere- y comprobemos cuál es el equipo andaluz que más tiene en Andalucía. Tan solo comentarle un pequeño dato previo. Según la Federación de Peñas Sevillistas San Fernando, el Sevilla FC tiene en la actualidad 286 peñas, nos aproximamos a las 300, siendo el sexto club español por su número tras Madrid, Barsa, Ath. Bilbao, Atlético de Madrid y Valencia (en el caso de los dos últimos sus listados serán dignos de análisis) y muy por delante del siguiente club, es decir, el suyo, estancado en  probablemente pocas más de 200, posiblemente muchas de ellas “penas” más que peñas, tras haber perdido, según su propia federación más de 100 en los diez años anteriores al descenso. Repito, datos de su federación.

Uno se pregunta sinceramente si esto es serio, eso sí, con el humor que es menester en estos casos. Cuando el Betis gana su primera copa del Campeonato de España, Sr, Herrera, se llama así aunque usted no lo sepa, el Sevilla FC había ganado ya tres antes. Es decir, cuando ustedes fueron por primera vez nosotros volvimos ya tres veces una detrás de otra. El equipo de Sevilla que siempre apareció por allí antes que ustedes fue el Sevilla FC. Cualquiera que le oiga pensará que tienen sus vitrinas llena de títulos, en el guión del corral de comedias posiblemente sí, pero la cruda realidad para usted, permítame que se lo diga,  es muy distinta, estimado vocero.

Dicho sea de paso, el Sevilla FC ha conseguido el Campeonato de España en todas sus acepciones, Copa presidente de la República, Copa del Generalísimo y Copa de su Majestad el Rey, hasta llegar a cinco Campeonatos. Ustedes solo tienen dos. Lo siento por usted porque su club ya no podrá tener todas las acepciones y nominaciones del Campeonato jamás, mas que le pese.

Cierto D. Carlos, no le voy a quitar ni un ápice de razón, a excepción de recordarle que el Deportivo de la Coruña consiguió exactamente lo mismo, es decir, la tres divisiones sin que le hiciese falta tanto “arte” de ese que tanto rechina a tanta gente, no sin recordarle antes que para que su equipo consiguiese ser campeón de Tercera División lo estuvo intentando durante siete años, nada más y nada menos. No estaría de más que en su afán por conseguir campeonatos ligueros menores se atreviesen a conseguir el de Regional Preferente, algo que le llevaría igualmente a orgullo, de lo que nosotros no dudamos y además les animamos a ello.

Pues mentiras, mentiras y más mentiras. El Betis quedó desmembrado antes de la Guerra Civil, en plena República, debieron vender a sus mejores jugadores, descabezado, sin presidente, con los acreedores soplándoles en la nuca y a punto de desaparecer. Tanto es así que su equipo se queda anclado por falta de liquidez en Cataluña haciendo una gira, ni el hotel podían pagar, y tendrían que ser la Federación regional y muchos sevillistas entre otros los que hiciesen posible que pudiesen volver a Sevilla. Cosas de desmemoriados.

Milagrosamente para ellos llegó la guerra. Cuando esta terminó tenían un campo completamente remozado por las autoridades, sin deudas y como nuevo con un presidente militar, qué casualidad.

Pues así escribe la historia esta gente, donde los papeles brillan por su ausencia ¿No les va a convenir contar la historia de memoria?

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