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miércoles, 9 de abril de 2008

* Una prueba más

Hace como un mes y medio estuve en una conferencia sobre historia del Sevilla FC en la Peña Sevillista San Bernardo, peña que parece interesada en difundir la historia de nuestro club.

La peña se ubica en un bonito edificio, tiene pinta de ser bastante antiguo, y este acto se celebraba en la primera planta en una sala habilitada para estas sesiones. Nada más entrar, como un imán, me atrajo una foto antigua, publicada en un periódico, en blanco y negro colgada en uno de los laterales del salón.

La interesante conferencia sobre historia transcurría y los asistentes interveníamos preguntando determinados detalles sobre la historia sevillista. En un preciso momento alguien preguntó sobre un tema de política relacionado con el fútbol sevillano, e inmediatamente me vino a la mente la foto que vi unos minutos antes:
Haz "click" sobre la imagen para ampliarla.

Es una foto realizada en Huelva datada en 1912 por la familia de Francisco Perea, en la que aparecen Eladio García de la Borbolla, (Delegado del Sevilla), Nicolás Carretero, Joaquín Valenzuela, Paco Montoto, Mr. Gilbert, (Delegado del Recreativo de Huelva), Paco Díaz, Carlos García Martínez, Manolo Salgueiro, Francisco Perea, Paco Alba, Samuel Greesmith, Carlos Leconte y Juan Mackenzie.

No deja de ser curioso como se ve a directivos como Paco Alba enfundado en la camiseta y calzón sevillistas. Ser socio en aquel momento significaba serlo para jugar partidos, algo totalmente inconcebible en nuestros días. Por ello es necesario hacer un ejercicio de comprensión de los datos históricos aislados de nuestros días.

La foto es una prueba más del post que escribimos hace algún tiempo, sobre la falta de credibilidad de la teoría de que el Betis nació a causa de una escisión en el Sevilla FC en 1909 y mucho menos por causa de un obrero. En ella vemos enmarcado en un rectángulo rojo a Eladio García de la Borbolla que es delegado sevillista en 1912, el que supuestamente encabezó la cruzada contra los equipos elitistas y clasistas, cosa que han pretendido desde siempre achacar a nuestro club.

Nos cuenta Don Juan Castro en su libro perfectamente documentado que el Betis FC realmente se escindió del Sevilla Balompié y no del Foot-ball Club, como siempre nos han hecho creer los seguidores del equipo de La Palmera, ya que aparecen elementos en el equipo bético recién nacido en 1910, como son los hermanos Gutiérrez Fernández, componentes del Balompié.

Eladio y Francisco García de la Borbolla, por el contrario, ingresaron en el Sevilla FC por esas fechas y nunca fueron directivos sevillistas.
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lunes, 7 de abril de 2008

UN SEVILLISTA EN LA PRESIDENCIA DEL BETIS

UN SEVILLISTA EN LA PRESIDENCIA DEL BETIS

Ignacio Sánchez Mejías fue un gran torero de principios del siglo XX. Es necesario escribir fielmente los datos históricos, teniendo en cuenta que este hombre fue un hito en su tiempo además por otras actividades relacionadas con el mundo del arte y de la cultura.

De niño- nacido en 1891- ya jugaba a torear con Joselito el Gallo del que terminó siendo cuñado, por cierto, Joselito fue sevillista, amigo de grandes jugadores del Sevilla FC, en cuyos campos, (Mercantil y La Victoria), entrenaba para ejercer el toreo.

Cuando Ignacio contaba con 17 años se embarcó rumbo a Nueva York. La policía lo detuvo en la aduana porque lo tomó por anarquista dinamitero, pero su hermano Aurelio, que vivía en México, consiguió rescatarlo. Comenzó a trabajar en Veracruz y se estrenó como banderillero. Como tal se presentó en Madrid en septiembre de 1913, y el 21 de junio del año siguiente en Sevilla.

Recibió una cornada terrorífica, que le partió la femoral. Si no murió fue por su juventud y su excepcional fortaleza física, pero el percance y sus secuelas lo alejaron por unos años de llegar a ser matador de toros.

En 1919 tomó la alternativa en Barcelona de manos de Joselito y con Belmonte de testigo. La confirmó en Madrid al año siguiente, en abril, ya bajo los signos de su carrera: muy técnico, muy valiente, muy popular, con fama de antipático y capaz de entusiasmar a cualquier público con su valor y su arrogancia.
Escribió varias obras de teatro: Sinrazón, de corte psicoanalítico, que estrenó María Guerrero con gran éxito de crítica y se tradujo a varios idiomas; hizo un gran musical para La Argentinita, con golfillos de La Isla y que incluía las canciones populares de Lorca. También dio una conferencia sobre tauromaquia en la Universidad de Columbia (Nueva York), fue actor de cine, jugador de polo, automovilista, novelista, poeta, promotor de un aeropuerto en Sevilla,…

Aunque muchos le atribuyen la organización del famoso encuentro de “Homenaje a Góngora” que se celebró en el Ateneo de Sevilla, que dio nombre a la universal generación del 27, realmente fue Manuel Blasco Garzón, (presidente del Sevilla FC), quien lo llevó a cabo efectivamente. Su participación en este evento se limitó a una fiesta realizada en su cortijo de Pino Montano donde acudieron los integrantes del mencionado homenaje.

También fue presidente del Betis.

Veamos que dice de este torero Antonio Burgos:

"...Sánchez Mejías fue presidente del Real Betis Balompié, tanto arte no puede ser más que bético. Esto de la Generación del 27 no lo puede inventar más que un bético. El Betis es el único club de fútbol de todo el mundo que tiene en su historia un presidente muerto por un toro. A ningún presidente de ningún club de fútbol le ha dedicado nunca ningún García Lorca un elogio fúnebre en forma de un Llanto que forma ya parte de la historia de la literatura universal..."

Yo realmente no sé por qué la fama de prepotente se nos achaca a los seguidores del club blanquirojo. Pero claro, Burgos igual no sabía cuando escribió esto que Sánchez Mejía era sevillista.

Era profundamente sevillista.

Como ya hemos comentado anteriormente, el caso de presidentes béticos que “ni pinchan ni cortan” no es algo que se inventara recientemente. Ya vimos algo de esto con el Caso Antúnez y el presidente Benjumea, donde personajes de cierta relevancia social, se prestaban a figurar como cabezas visibles, siendo realmente otros quienes llevaban las riendas económicas, deportivas, institucionales y sociales, obteniendo por ello el club cierto prestigio a la hora de presentarse en sociedad.

El caso de Sánchez Mejías como presidente bético no fue la excepción. El torero que se prestaba a presentarse en todas las hermandades donde le requerían, hizo lo correspondiente con el club bético, aunque bajo su “mandato” este club obtuvo cierto avance en lo deportivo.

Sabemos que Sánchez Mejía era sevillista porque era socio del Sevilla FC y tenía su carnet con número que lo acreditaba. Pero hay algunos hechos que pocos conocen y son dignos de mención.

En primer lugar, tras su incorporación a la presidencia bética, sabemos que sus familiares, (en especial su hijo José Ignacio), le recriminaron este acto, ya que era algo incomprensible para ellos como sevillistas. Las malas relaciones entre los dos equipos de la ciudad ya venían de lejos, como muchos de ustedes ya saben.

Tras esto, en una asamblea de socios del Sevilla FC, donde este hecho era la comidilla del mismo, el Barón de Gracia Real intentaba minimizar el hecho de que un sevillista fuese presidente del Betis. Ante esto, el secretario del club en aquel momento, Ramón Sánchez Pizjuán, se puso en pie y se dirigió a la asamblea con unas palabras que bien pudieron ser estas:

“… bien sabe nuestro presidente que nunca he argumentado nada en contra de su magnífica gestión, pero en este caso debe permitirme discrepar, ya que visto el comportamiento que el equipo bético ha tenido con referencia a nosotros, este señor no puede continuar perteneciendo a la familia sevillista…”
La asamblea irrumpió en un atronador aplauso, tras lo cual la expulsión de Sánchez Mejías de la casa sevillista se convirtió en un hecho consumado, como así se recoge en la prensa de la época.

Don Ramón ya era un líder consolidado dentro del sevillismo, no en vano poco tiempo después accedió a la presidencia del club.

Ignacio Sánchez Mejía murió en Agosto de 1934. El toro «Granadino», pequeño, manso y astifino le dio una gran cornada al iniciar la faena. García Lorca le dedicó a este sevillista los ya universales versos:

A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.


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martes, 1 de abril de 2008

* La "otra" copa del rey

Bien avanzada la segunda decena del siglo XX el rey Alfonso XIII acudía a Sevilla con frecuencia por asuntos de ocio, deportivos y otros asuntos “menos nobles” fundamentalmente. Gustaba su majestad practicar el “tiro al pichón” muy a menudo por estos lares sureños y con el mismo tesón y puntería atendía, según cuentan las malas lenguas, específicos asuntos de faldas.

No sabemos bien si por algún tipo de agradecimiento a la tierra sevillana, dona una Copa para que los equipos hispalenses –el Balompié y el Sevilla FC- la disputen. Corría el año 1919.

Se sabe por algunos documentos que hace entrega del trofeo como depositario al Balompié, (el Real Betis era así conocido hasta bien entrado los años 30), y se piensa que se la entregó a D. Pedro Rodríguez de la Borbolla.
Uno de estos documentos que dispone el Sevilla FC en sus archivos históricos, expone que el trofeo de plata sobredorada, con el sello real y cifras, debe jugarse a beneficio de la Cruz Roja y debe disputarse un partido cada temporada, hasta que uno de los equipos gane dos veces consecutivas, el cual será merecedor del trofeo. El primer partido será, como así se acuerda, en el Patronato bético. Firman el vicepresidente primero en aquella época, (a la postre presidente sevillista), Enrique Balbontín y el vicepresidente bético Carlos Alarcón de la Lastra, futuro presidente balompedista también.

Efectivamente, el primer partido se disputó en campo bético el 15 de Febrero de 1920, ganando el Sevilla FC por 2-3. Marcaron los goles por parte sevillista Kinké, Spencer y Cabeza y por parte bética León y Carmelo.

Durante el tiempo que tardase en disputar el siguiente partido, el trofeo pasa a las vitrinas sevillistas, bien para quedárselo definitivamente o bien para devolverlo temporalmente al otro equipo de la ciudad. Acuerdan que el siguiente partido se jugará en septiembre u octubre en el Campo Reina Victoria.

Pero el partido no se jugó hasta el día 14 de Noviembre de 1920, no significando esto algún problema, partido que volvió a ganar el Sevilla FC por 4-0 con goles de Escobar, Kinké, (2) y Cabeza.
Por lo tanto el Sevilla FC ganó esta “otra” y singular copa del rey.
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