FOOTBALL CLUB VS. BALOMPIÉ
by Multidisciplinary Team
Hay quien pueda llegar a avergonzarse de sus orígenes, a nosotros no nos avergüenzan los nuestros. Las cosas son como son y si hubiesen ocurrido de otra forma, probablemente estaríamos hablando de otra cosa y no nos estaríamos refiriendo al mejor y más grande Club andaluz de todos los tiempos que es el Sevilla FC. Para que esto sucediese así tuvo que nacer de una determinada forma y comenzar con una trayectoria muy determinada.
Otros prefieren decir que sus fundadores fueron “estudiantes” cuando en realidad deberían decir que eran militares, (una profesión muy loable por otro lado), y si profundizáramos un poco más, deberían decir hijos de militares de rancio abolengo, señores muy adinerados y con gran poder político, social y económico. Pero enmascaran esto cuanto pueden tras “academias politécnicas” y cosas por el estilo. Aquellos cachorros fueron en su mayoría militares de la “rama dura” del ejército que 25 años después apoyó y puso en práctica el golpe de Queípo de Llano y participó activamente en la represión posterior. Esto no nos lo inventamos, es algo comprobable, tan solo hay que echar una mirada a las Hemerotecas y Bibliotecas para darse cuenta.
Los Castillo, los Hermosa, los Cuesta Monereo, los Alarcón de la Lastra, los Wesolowski, y algunos de los que se incorporaron después al equipo balompedista, aparecen de una forma u otra vinculados a la dictadura que sufrimos en este país durante cuarenta años. Nada de esto se debe al azar.
Sinceramente, prefiero descender de los “señoritos”, gracias al cielo, pero todo tiene un porqué en todos estos asuntos que intentaremos explicar.
Dicho de esta forma, podemos entender que en realidad necesiten enmascarar la pura realidad e incluso se atrevan a hablarnos de “obreros” puntuales que provocaron escisiones en el seno del Sevilla FC, que terminaron por jugar en el “equipo de los obreros”, cuando no hubo mayores y peores represores de obreros, en su conjunto, en la historia contemporánea de esta ciudad.
Pero a nosotros nunca nos dio vergüenza decir que nuestros ancestros pertenecían a la burguesía sevillana, ¿señoritos quizás? pues sí, hijos de personas con una posición social alta, con cierto poder político y económico también, que eran enviados al extranjero a estudiar ¿cómo si no iban a importar aquello que llamaban “football” por primera vez en esta ciudad?
¿Alguien ha dicho desde las filas sevillistas que su club nació desde otra capa social? Sencillamente no.
Esas otras capas sociales fueron incorporándose con el tiempo a ambos equipos sevillanos, pero la idiosincrasia en sus inicios era muy distinta.
Por un lado teníamos al “Football Club” que representaba un ser cosmopolita y que respiraba un Regeneracionismo como corriente ideológica europea. Se denominaban a sí mismo como “sportmen”, cuya puesta en práctica no estaba exento de un ideario político muy concreto. El máximo exponente del regeneracionismo deportivo lo tenemos en el mismísimo barón Pierre de Coubertin fundador de los Juegos Olímpicos modernos, cuya frase “Lo importante no es vencer, sino participar” es toda una declaración de intenciones de esta ideología. Pronto veríamos a nuestros regeneracionistas sevillistas decir frases parecidas, como la de José Luis Gallegos:
"Todos los hombres de cualquier nivel social, ideas religiosas o políticas tendrán aquí cabida"
El Regeneracionismo era un movimiento ideológico que se inició en España a fines del siglo XIX, motivado principalmente por el sentimiento de decadencia de la sociedad, y que defendía la renovación de la vida política y social española. El deporte era entendido como una forma de Regeneracionismo que propugnaba una educación moderna y técnica y una renovación física y espiritual, por lo que el principal objetivo era conseguir implantar el sport entre la juventud sevillana. Así lo comprobamos en 1908, tan solo tres años tras la oficialización sevillista, donde cuentan ya con ochenta jóvenes, algo nunca visto anteriormente en la vida sevillana. Son los primeros en la historia de esta ciudad que hacen posible que el sport sea algo participativo y abierto a la juventud sevillana tan deprimida por aquellos años.
El mayor regeneracionista de todos fue un presidente sevillista que se incorporó más tarde, como fue José María Miró Trepat.
Frente al “Football Club” nos encontramos al “Balompié”, cuya españolización del término es toda una declaración de intenciones a la hora de plantear una rivalidad, objeto este el de su nacimiento. Por razón de educación, convencimiento y sentimiento, el estamento militar conlleva implícita la función de defender la nación. En aquellos años de principio del siglo XX muchos militares, o descendientes de militares, habían sufrido personalmente la dureza de la realidad de defender a España. La pérdida de las colonias fue acompañada de muchas pérdidas humanas.
Por ello se organizó en nuestra ciudad la fiesta patriótica “España en Sevilla”, en 1908, reivindicando la idea “España” en unos momentos de cierto “relajamiento” del fervor patrio (las provincias vascas y Navarra no participan oficialmente). Dos semanas de celebración en Sevilla, (con folclore español, homenaje a la bandera y procesión), conmemorando el Centenario de la Guerra de la Independencia. Ni que decir tiene, que grandes protagonistas de la celebraciones fueron Daoiz y Velarde.
Es en este ambiente de patriotismo y fervor, con la idea de “España” impresa en el pensamiento, donde se desarrollaba uno de los sucesos más importantes de la vida deportiva sevillana. Estos jóvenes hijos de militares, escribieron a Mariano de Cavia, periodista y académico de la Lengua Española para que les orientase sobre un vocablo que definiese un club de foot-ball que se disponían a organizar y cuyo término querían “españolizar”. Esto ocurriría en el verano de ese mismo año: 1908.
Los balompedistas se enfrentarían a aquellos “chicos bien” o los “pollitos” a los que se refería Ibarra, en el que creemos ciegamente porque es el único que muestra un documento firmado por los pioneros y ante testigos de ello, (recuerden que otros como Discóbolo no), que representaban todo lo contrario a lo que propugnaban. Los cosmopolitas contra los localistas, lo nacional contra lo internacional, la ideología contra el pensamiento único, recio, marcial,…
¿Van a venir a hablarnos de que el Sevilla no aceptó a un obrero entre su filas lo que provocó una escisión en el seno sevillista según ellos? ¿Nos hablarán de ello achacándonoslo los mayores represores de obreros de la historia? Debe ser una broma ¿verdad?
El primer obrero conocido que jugó en un equipo sevillano jugó en el Sevilla FC y si no fue así, demuestren lo contrario.
Pero eso sí, en un club como el Sevilla FC no jugaría cualquiera. No jugarían rateros, asesinos, golfos y menos aún pagándoles, pues los socios pagaban por jugar según la mentalidad de la época. Y digo esto por ciertas declaraciones de algunos ante un suelto periodístico, donde Ybarra y Osborne nos habla de un muchacho que no llegó a jugar porque tenía “antecedentes sociales”.
Como se dice popularmente, “se la cogen con papel de fumar”.
En el contexto de la España de 1955, donde Ybarra hace estas declaraciones, es necesario explicarles qué significaba tener "antecedentes Sociales" y recordarles lo que era la Brigada Político Social, o el Certificado de Penales para sacar el carnet de conducir, o la Ley de Vagos y Maleantes. Ni puñetera idea, seguramente porque serán muy jóvenes.
Un nuevo giro de tuerca, exprimir las palabras sacándolas de contexto para que parezcan otra cosa, es la tónica general de nuestros rivales deportivos, (y algún que otro “chico nervioso” indocumentado que nos divierte una barbaridad, porque confunde actas con menús de cenas en el Pasaje Oriente, y al que no echan cuenta ni los suyos), en estas cosas de la historia, porque de otra forma no podrán demostrar sus tesis.
Pero estos son los rivales con los que tenemos que debatir. Qué le vamos a hacer.