EL PROCESO EVOLUTIVO DE UN NOMBRE
Visto con los ojos de hoy en día no es fácil de explicar. Verlo transportándonos 105 años atrás quizá lo comprendamos y aún así a alguno le surgirá alguna laguna que otra.
Los primeros años del siglo XX son unos años convulsos en la sociedad sevillana, las hambrunas, la política a espaldas de la sociedad, la climatología nefasta que hace que existan grandes sequías y los cultivos no salen adelante. La pérdida de las últimas colonias dibujan una España herida y acomplejada ante el resurgimiento de otras potencias.
La diferencia entre ricos y pobres es inmensa, no existe la clase media entendida bajo los parámetros actuales,el descontento del pueblo promueve revueltas sobre todo en los pueblos de la provincia de Sevilla.
Con este caldo de cultivo nos encontramos determinadas ideologías que tienen como objeto el cambio de la sociedad desde abajo. El Regeneracionismo surge con la idea de “hacer un hombre nuevo” y lo que se viene conociendo como “sport” es una herramienta válida entre otras, imprescindible en ese proceso ideológico que tiene como a su máximo exponente en España a Miguel de Unamuno. El barón Pier de Coubertin, el padre del movimiento Olímpico moderno es la cabeza visible a nivel mundial.
Aunque los impulsores de este movimiento deportivo corresponde a los trabajadores, delegados, industriales y empresarios extranjeros afincados en España en primer término, serán los descendientes de los mismos y las clases burguesas sevillanas las que terminarán de poner en práctica la ideología y por ello nos encontramos en esa época a determinados jóvenes de clase social alta que viajan al extranjero, principalmente a Inglaterra, Francia y Suiza, que se empapan de esta corriente europea que desde hace unos años se viene implantando en estos países y serán sus delegados virtuales en la Sevilla de finales del XIX y principios del XX.
Podemos comprobar cómo comienzan a surgir Sociedades que se dedican a poner en práctica “aristocráticos Sports” como eran los “clubes hípicos”, los “clubes ciclistas”, los “rowings clubs”, (sociedades de regatas), los “racings clubs”, (clubes de carreras), o bien los “athletics clubs”, (clubes de atletismo), entre otros.
Desde finales del siglo XIX venimos observando cómo personajes que se dedican a varios deportes, especialmente a las regatas en los anales de 1870, crean como deporte de invierno en Sevilla el “Foot-Ball Club” en 1890.
Esto no es nuevo. Crear un deporte de invierno es una práctica venida de Inglaterra. De hecho el Football se “inventa” como deporte de invierno alternativo al Cricket para que los “sportmen” se mantengan y no pierdan la forma de cara a la temporada siguiente.
Quién lo iba a decir.
En Barcelona observamos una experiencia similar entre regatistas convertidos en “footballistas”.
Caer al agua practicando el remo en invierno sin una equipación adecuada puede acarrear problemas graves de salud, en una sociedad donde la medicina aún no se ha desarrollado suficientemente, por lo que existe la necesidad de la alternativa para mantenerse en forma.
De este modo encontramos abundantes noticias sobre remo en Sevilla a finales del XIX, el deporte principal, y es más complicado encontrar noticias sobre fútbol, (deporte secundario y de entreno), aunque las pocas que somos capaces de ver podemos encontrar a los mismos protagonistas. Ambas actividades son complementarias.
Así nos encontramos con nombres como los de Isaías White y a los Welton fundamentalmente.
Sin embargo podemos observar igualmente que el Football va creando adeptos y afición en la sociedad sevillana, aunque en un principio es entendido como un deporte indecoroso, pues deben usar un uniforme ligerito de ropa, todo un problema de recato en aquellos años, y así mismo, era entendido como un deporte violento, de poco agrado y molesto entre algunos sectores sevillanos.
En 1905 los aficionados al sport del Football en Sevilla deciden oficializarse, probablemente debido a la persecución que determinadas autoridades ejercen sobre quiénes lo practican. De esa forma, al ser una Sociedad que ejerce el deporte legalmente, se establecerían determinadas normas, tales como un terreno de juego fijo, pedir permisos oficiales para practicarlo, cobrar cuotas de socios para su mantenimiento, etc.
Como ya comentamos antes, los diferentes “clubes sportivos”, (permítanme utilizar la nomenclatura de la época), se constituían con el binomio “nombre del deporte” + “Sociedad o club” , el anglicismo era el más usado y en las crónicas para referirse a ellas genéricamente se les nombraba como “Sociedades” en vez de clubes, vocablo inglés este que no asumió la RAE hasta principio de los años 20.
Por lo tanto el club dedicado al Football en Sevilla era denominado como el “Football Club” como podría serlo el “Tennis Club” o el “Rowing Club”. Era el club que practicaba el nuevo deporte llamado “Football” localmente, por lo que no necesitaba de ningún nombre específico ya que era el único.
Aunque hoy hemos asumido la nomenclatura “Sevilla Fútbol Club” como un nombre compacto y nombramos a nuestro club como “Sevilla”, en realidad, en sus inicios, tan solo se usaba el nombre de la ciudad cuando se jugaba algún partido fuera de las fronteras de Sevilla, por lo tanto era, o bien “el Football Club”, o bien “La Sociedad de Football”.
¿Por qué si era un club español, creado en Sevilla, usa los vocablos en inglés?
La respuesta es obvia, podríamos decir que era un deporte inglés practicado por ingleses, o descendientes de ingleses y en todo caso por españoles que estudiaron en Inglaterra, pero la verdadera razón es que aún no tenía traducción al castellano.
De hecho la jerga para referirse a los lances y personajes que intervienen en el nuevo juego se nombran hasta muy entrados los años 20 en inglés también, como por ejemplo “goal” para referirse a los goles, “referee” para referirse al árbitro, “Team” para referirse al equipo, etc.
Tan solo con la aparición de los rivales varios años después se crea la necesidad de diferenciarlo, ya no basta referirse al club sevillista como “El Club o La Sociedad”, debe terminar llamándose “Sevilla Football Club” frente a la españolización del término, traducido como Balompié por Mariano de Cavia.
No era tan solo una cuestión de nomenclatura, era incluso una cuestión política, formas diferentes de entender la sociedad en aquellos momentos. El “Football” frente al “Balompié” entrañan una rivalidad desde sus inicios, una ideología cosmopolita, universal, frente al patriotismo más exacerbado y el localismo profundo.
Por lo tanto la nomenclatura evoluciona en pocos años y es conocido así hasta 1910 –11 conforme estos otros clubes rivales van tomando notoriedad. Por lo tanto “The Club” sería una denominación que perduraría durante más de 20 años, desde que en 1890 tuviésemos noticias del mismo, aunque con lagunas en el tiempo.
Fue “Football Club” hasta 1940, cuando el régimen franquista obliga a todos los clubes que usan anglicismos a españolizarlos e impone al club sevillista a llamarse “Club de Fútbol”. El rival ideológico ha tomado forma con aspecto de gigante y le obliga a doblegarse.
En 1973 ve la oportunidad de volver a sus orígenes, pero no ya con el anglicismo, sino con la la palabra “fútbol” españolizada.