SERÍA TIEMPO DE FASCISMO DEPORTIVO
Por Juan Jurado.
El momento histórico que atraviesa la sociedad Sevilla Fútbol Club es sin duda alguna uno de los de mayor gloria de sus 120 años de vida, tanto en lo deportivo como en lo económico y social: nunca se ganaron tantos títulos, nunca las cuentas fueron tan positivas y nunca tuvimos una masa social como la actual.La temporada que acaba de concluir para el Sevilla FC ha sido la segunda más importante tan sólo superada por aquella en la que ganamos el título de liga por el año 1946.
…Y el Betis anda por la segunda división del fútbol español.
Trinitrotolueno: se vuelve a repetir la historia.
Mezcla explosiva para que aflore el fascismo sevillista que pisotee, ahogue y no deje levantarse a las hordas verdes y blancas. Pero hablemos en su idioma: Tiempos de que el Metro no llegue a Heliópolis, tiempo de que los autobuses de Tussam que van al final de la Avenida de la Palmera no tengan aire acondicionado, tiempo de prepotencia sevillista. Tiempo de fascismo.
Aquel fascismo era esto. Sabemos ahora los que no vivimos aquella época que el fascismo del que hablaban era esto: Impotencia, envidia, tristeza, pena. Atalayas desde las que mirar el horizonte y el futuro con babas de odio.
Pero algunos son astutos: los paragüeros de Ikea. Desprecian la Memoria Histórica pero la usan a su conveniencia cuando y como quieren.
A día de hoy, finales de Mayo de 2010 la situación sería de fascismo deportivo absoluto de no ser por dos circunstancias que han hecho cambiar el rumbo de las leyendas urbanas verdiblancas.
Una: A nivel regional y nacional: La actitud del Sevilla FC en las últimas temporadas creando slogans del tipo, “Juega con nosotros, somos de todos”. Llevando en las camisetas del primer equipo el nombre de todos y cada uno de los pueblos de España, creando el grupo de los cinco en Andalucía donde desde una posición destacada lucha y defiende a los equipos andaluces, lanzando lazos de unión con todos los clubes de España y aprovechando siete años consecutivos de participaciones en UEFA y Liga de Campeones estrechando sus relaciones con clubes europeos y a través de sus jugadores más emblemáticos creando escuelas de fútbol fuera de Europa.
Y dos: A nivel local: La aparición de un grupo de personas que sin ser historiadores, como ellos repiten de manera continua, han venido con esfuerzo, dedicación, amor a la historia y un sentido de la justicia por encima de colores y de sentimientos futbolísticos demostrando con seriedad y con datos contrastados la realidad de los hechos deportivos, desempolvando y limpiando la porquería con la que esos cobardes habían cubierto la historia del fútbol de nuestra ciudad.
Estos investigadores sevillanos y sevillistas nos demuestran en sus escritos que en historia es fundamental ser precisos para no transitar por los fangosos hechos históricos anclados en la memoria de una determinada colectividad, evitando caminar por bucles sin salidas. Por ello son respetuosos con los que persiguen la verdad y son coherentes con su pasión: La Historia, e implacables con los que a fuerza de remordimientos de conciencia han aprendido a morder, con rabia y sin sentido. Nuestros corazones esta´n llenos de sevillismo, por los tuétanos nos hierve la sangre sevillana y sevillista y nos enorgullece comprobar como en estos escritos nos dan lecciones sobre como desposeerse de los deseos, de la ambición y de las propias ideologías para escribir con letras de oro la historia de nuestro fútbol, de nuestra Sevilla y de nuestro Sevilla.
Para todos ellos mi reconocimiento a la tarea que vienen realizando.
Sería tiempo de fascismo.
Pero no lo es.
Ni lo será.
Cuando aún no había nacido el Betis allá por el año 30 antes de Cristo los hombres intentaban definir conceptos que para algunos incluso hoy son difíciles de entender ni de imaginar. Les dejo la definición. Imaginen el concepto.
Hay una medida en las cosas, hay ciertos límites determinados mas acá y mas allá de los cuales lo que es justo se rompe.
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